Botánicamente es una cucurbitácea del grupo Citrullus lanatus, cuyo fruto es grande, carnoso y muy jugoso por su elevado contenido en agua. Aunque todas las especies antiguas tenían pepitas, actualmente se han obtenido frutos en los que se han eliminado para favorecer su consumo. Elija la que más le guste y consérvela en la nevera, pero no a temperatura demasiado baja.
En su composición química destacaría la presencia de agua en un alto porcentaje, citrulina, carotenoides en elevada proporción, vitaminas (C y B, fundamentalmente), minerales (calcio, hierro, fósforo y potasio, entre otros) y fibra.
Sus propiedades son numerosas y se incrementan con la madurez. Destacaría que es ligeramente diurética y baja en calorías, por lo que resulta adecuada si quiere reducir su peso. No espere adelgazar por comer sandía, pero, incluida en una dieta saludable, le ayudará a alcanzar su objetivo. Mejora el estreñimiento y favorece la motilidad intestinal por su alto contenido en fibra. Se considera un laxante natural muy apropiado para quienes padecen este problema con los cambios de estación o durante los viajes, por ejemplo.
Para reconocer que está en su punto de sazón, fíjese en el sonido que hace al golpearla con su mano (lo más recomendable sería que suene a hueco). También es importante el color de la zona que estuvo apoyada en la tierra; si es amarillenta significa que ha sido recogida en su mejor momento.
Consúmala tal cual llega, fresquita, pelada y cortada. También puede usarla para preparar zumos, helados, mermeladas, flan, batido, sorbetes o granizados, por ejemplo. Otra opción es añadirla al gazpacho, pues combina muy bien con este refrescante plato veraniego.
Vaya al mercado y compre esta fruta. Consulte a los vendedores, que son los que mejor conocen el producto que ofrecen en los distintos puntos de venta. Siga sus indicaciones y acertará en su elección.
Comentarios