Organiza tu orgullo, los derechos LGTBI+ también importan
OPINIÓN
A estas alturas de la democracia no debería ser así, pero las discriminaciones, los ataques y los discursos de odio siguen siendo una realidad tristemente cotidiana para lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales. Por eso el día del orgullo LGTBI+ sigue siendo necesario. Y por eso mañana, 29 de junio, saldremos un año más a las calles de Gijón para reivindicarlo.
Hace unos días, CCOO presentaba su campaña #organizatuorgullo. Si algo sabemos en el sindicato es que para luchar por nuestros derechos, debemos organizarnos. Sin organización sindical no podremos erradicar la precariedad y discriminación que sufren las personas del colectivo.
Los discursos de odio, las burlas e insultos, los chistes, las agresiones físicas… no se quedan a las puertas de los centros de trabajo pese a que las leyes amparan a todas las personas, independientemente de su orientación sexual, identidad o expresión de género. Somos iguales ante la ley, pero desgraciadamente la realidad es bien distinta. A algunas personas les molesta incluso que se utilicen las siglas para nombrar las identidades dentro del colectivo LGTBI+, ese paraguas de colores que visibiliza y ampara todas las realidades.
Hay también quien se pregunta por qué no se celebra un día del orgullo hetero, y la respuesta no puede ser más obvia: las personas hetero pueden mostrar su forma de amar, relacionarse y compartir cada día, cogidas de la mano o besándose sin que las insulten o ataquen. En cada conversación pueden hablar de su pareja, de la familia, de todo lo que comparten sin tener que explicar que esa pareja es de su mismo sexo, sin tener que aguantar comentarios del tipo «pues no pareces hetero», «pues no tienes pinta» y otras por el estilo. Casi el 15% de la población manifiesta abiertamente pertenecer al colectivo, un porcentaje que aumentaría si todas las personas pudieran expresarse en libertad.
En Asturias estamos preparando la ley LGTBI+ autonómica. Una ley que llega tarde, porque hablamos de garantizar los derechos fundamentales del colectivo. Cuando salga adelante, esperamos que con el apoyo de todas las fuerzas políticas (salvo la que niega todos los derechos de las personas más vulnerables), tendremos el dudoso honor de ser la penúltima comunidad autónoma en aprobarla. Con todo, ha merecido la pena.
Como sindicato vamos a seguir arrimando el hombro para hacer frente a las situaciones de acoso, orientar a las personas LGTBI+ y llevar a cabo una negociación colectiva que permita la vivencia plena en el ámbito laboral a todas las personas, independientemente de su orientación, identidad sexual o expresión de género. Las leyes en materia LGTBI+ han supuesto un importante avance, y en CCOO estaremos pendientes de que no se produzcan retrocesos.
Somos un sindicato sociopolítico y, además de reivindicar los derechos laborales, tenemos que exigir y exigirnos cambiar nuestra manera de estar en el mundo, nuestra manera de vivir, porque el hecho de que otras personas no puedan disfrutar plenamente de sus derechos dice mucho de la sociedad en la que vivimos. De lo que nos queda por conseguir.
Para ello es imprescindible profundizar en la educación. Sin ella, no podremos fomentar una sociedad que nos proteja frente al odio. Educación y organización para avanzar. Nada mejor que la pedagogía para hacer frente a los discursos contra la convivencia que extiende la extrema derecha.
Y en contraste con los mensajes de «tú puedes» y «depende de ti», la realidad nos enseña que el individualismo no conduce a nada, mejor avanzamos sin dejar a nadie atrás. De nada sirve alcanzar tus metas si al final no puedes celebrarlo y compartirlo con amistades, pareja, familia...
Es doloroso escuchar a un compañero explicar que renunció a sus días de permiso por matrimonio por no tener que decir en la empresa que se casaba con otro chico. No debería ser así. Y tenemos que lograr que no lo sea.
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