Segunda, no

OPINIÓN

Dos mujeres leyendo en el balcón el pasado 23 de abril, día del libro
Dos mujeres leyendo en el balcón el pasado 23 de abril, día del libro David Zorrakino | Europa Press

17 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Camino. He paseado un rato por la zona de Atocha. Vuelvo por la Calle Ciudad de Barcelona. La acera vacía. Un poco más adelante aparece una persona a ritmo lento, adelanto y veo con admiración que esa persona camina y lee un libro a la vez.

Me muerdo la lengua, pero no callo. Me decido, pregunto: «Se puede leer, ¿tú puedes leer y caminar a la vez?» Sí, es su monosílabo.

«¡Qué bien!», el mío.

Veo, inmediatamente un banco vacío a mi izquierda. La invito a sentarse ofreciéndole a la vez mi móvil para que leyera mi último poema de la mañana.

Tras la lectura y aprobación satisfactoria del escrito, me atrevo a preguntarla su procedencia. Me responde que de Avilés.

Sonrisa y sorpresa a la vez en mis labios. Me presento, vivo en Oviedo. ¡Qué coincidencia! O como diría el otro «qué casualidad».

Astros y constelaciones, aparte. Me despido amablemente y sigo mi camino.

Ya en casa, me asalta, me asalta el cálculo de probabilidades: Cuántas personas caminarán por la calle y a la vez se distraerán sabiamente enanchando sus conocimientos o disfrutando sin más del placer de la lectura.

Ahí, en el silencio de la memoria o en la intemporalidad del tiempo pasan los días.

Sigo haciendo mi vida de relaciones sociales y de pisar aceras un día tras otro.

Ayer, vuelvo a caminar y en la misma calle y en el mismo lugar -no sé si también a la misma hora-, otra persona joven y mujer como la vez anterior. Y me quedo con el rabillo mirando, la lengua mordía y no pregunto a la segunda mujer.

Coincidencias de calle, de hora y también de mujer que sean lectoras de libros en la mano caminando y leer.