Nuevos liderazgos

OPINIÓN

Pedro Sánchez durante la sesión de control al Gobierno.
Pedro Sánchez durante la sesión de control al Gobierno. Eduardo Parra | EUROPAPRESS

14 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El mejor resumen que creo que se le puede hacer al resultado de las elecciones europeas es que no hubo ni plebiscito a Pedro Sánchez (como pretendía el PP) ni hubo remontada a las encuestas como se marcó el PSOE (salvo la del CIS, que pronosticaba su victoria). No fue una sorpresa la desaparición definitiva de Ciudadanos, ni el pírrico apoyo a Izquierda Española ni, lamentablemente, la llegada de Se Acabó la Fiesta (paradójicamente, fue en una discoteca donde celebraron su irrupción). Es terrible pensar que hay 800.000 personas que votaron a una persona cuyo mérito no es tener un buen programa electoral ni ser un excelente orador, pero es evidente que hay un perfil de personas que no sancionan las mentiras, ni los bulos, ni tan siquiera su historial o la gente que le rodea (su jefe de prensa sigue acreditado para estar en el Congreso, lo que ha provocado ya la reacción de las asociaciones y de los colegios de periodistas para que se la retiren). Aunque se supone que en estos comicios lo que elegíamos eran las 720 personas que nos representarán en el Parlamento Europeo durante los próximos cinco años, a la hora de la verdad en todos los discursos se han hecho lecturas nacionales. El PP ha terminado por absorber todo lo que tenía Ciudadanos, y a mi entender es lo que explica su subida en escaños y votos (ni la marca se ha reforzado ni el liderazgo de Feijóo se consolida). Han dado carpetazo a la moción de censura con Junts (la nueva estrategia es pedirle insistentemente a Pedro Sánchez que adelante las elecciones). El PSOE garantiza que agotará la legislatura («Feijóo que espere sentado», dijo literalmente Pilar Alegría tras el Consejo de Ministras y Ministros de esta semana) y ha resistido muy bien a todos los frentes políticos, judiciales y mediáticos de las últimas semanas, pero considero que cabe una reflexión profunda territorio a territorio. Hay que valorar muy bien si la distribución del apoyo popular a lo largo de todo el país es a lo que se puede aspirar o si hay margen de mejora. Creo que Cataluña/Catalunya es clave para tener músculo, pero no es suficiente si en el resto del mapa el color azul lo inunda mayoritariamente. Cabe recordar que si Salvador Illa no consigue ser investido President de la Generalitat (Junts le ha arrebatado al PSC la presidencia del Parlament) seguiremos teniendo únicamente tres comunidades socialistas (Castilla La Mancha, Navarra/Nafarroa y Asturias/Asturies [hacía treinta años que el PP no ganaba aquí unas europeas]), una situación que es obligado revertirla a partir de 2026 desde la primera convocatoria de elecciones, que tendrá lugar en Andalucía (feudo de toda la vida del PSOE hasta hace unos años). Lo que se ha quedado un poco a medias o a mi juicio no se ha explicado bien es la renuncia de Yolanda Díaz como coordinadora de Sumar. Obviamente un proyecto tan personalista no tiene ningún futuro si no está al mando de quien lo ideó (ya tenemos experiencias anteriores suficientes: UPyD con Rosa Díez, Ciudadanos con Albert Rivera y Podemos con Pablo Iglesias). Esto es un problema también para el PSOE, porque en estos tiempos en los que es muy difícil obtener mayorías absolutas, la suma de los bloques es lo que está determinando quien gobierna. Si el espacio a la izquierda de las y los socialistas se reduce a los votos que tenía IU antes del 15M, por muy dividida que vaya la derecha en tres partidos, creo que van a tener más opciones de gobernar. Pienso que hay tiempo suficiente para recomponerse y seguir en La Moncloa más allá de 2027 (alrededor nuestro tendremos otras próximamente, como en Francia [30 de junio y 7 de julio] y en el Reino Unido [4 de de julio]), por lo que es obligado buscar nuevos liderazgos que hagan frente a la derecha más reaccionaria.

Ayer se cumplieron nueve años de aquella tremenda investidura en el Ayuntamiento de Oviedo/Uviéu que inició un gobierno progresista y de izquierdas con el compañero Wenceslao López al frente de la Alcaldía. El final fue feliz, muy feliz, pero para llegar a ese momento hubo que sufrir de lo lindo. Entiendo y comprendo al oviedismo con la ilusión de volver a Primera División tras este largo periplo de veintitrés años en otras categorías, pero yo al menos en lo personal no creo que una experiencia parecida vaya a superar aquel día en lo que a emociones fuertes se refiere. No sé qué va a pasar en la final del playoff, pero ojalá también tengamos el 23 de junio la mejor de las noticias posibles. Le deseo la misma suerte a la Selección Española de Fútbol, que mañana inicia su primer partido en la Eurocopa de Alemania frente a Croacia, y le quiero mandar un fuerte abrazo, mi máxima admiración y mi más sincero apoyo a deportistas que han sufrido en los últimos días comentarios racistas y homófonos en las redes sociales, como son Ana Peleteiro y Dennis González. Representáis lo mejor de España y vuestro éxito no es fruto de ningún regalo, sino del tremendo esfuerzo que realizáis para competir en un campo tan difícil. Seguid así, porque necesitamos nuevos liderazgos en el deporte profesional que promuevan vuestros valores de respeto, de diversidad, de verdadero patriotismo. Quienes os insultan lamentablemente forman parte de nuestra sociedad y sus palabras hay que condenarlas, pero pensad que son unos cobardes porque ni tan siquiera se atreven a dar la cara.