Los representantes públicos vivimos en una vorágine en la que no siempre podemos dedicar el tiempo que querríamos a detenernos y echar la vista atrás. Lo inmediato, el futuro, ese es el marco al que prestamos atención porque en él reside el interés y el bienestar de los ciudadanos.
Por eso, la posibilidad de escribir estas líneas sobre mi querido compañero Jonás me ha brindado una excelente oportunidad para detenerme un minuto y reflexionar. Reflexionar sobre los diez años de trabajo en común y sobre cómo ese trabajo conjunto ha ido forjando una relación de confianza, respeto y admiración.
Una relación que se ha ido desarrollando en un entorno que, en ocasiones, es de pura tensión, como lo es el Parlamento Europeo. La magnitud de las legislaciones que abordamos y el volumen de negociaciones simultáneas que se desarrollan hacen de la coordinación interna no un ideal, sino un punto imprescindible. En esas situaciones, contar con compañeros solventes, capaces de mantener la tranquilidad en todo momento y con la habilidad para tejer acuerdos es la clave para que los progresistas podamos impulsar las políticas que nos importan. Y, con Jonás, sé que cuento con un aliado para llevarlo a cabo.
Así ha sido para asuntos tan relevantes como la negociación de los fondos Next Generation, para la aprobación del Mecanismo de Transición Justa o para la reciente aprobación de las reglas fiscales, normas todas ellas de gran complejidad técnica y política.
A través de esos ejemplos he podido ir comprobando cómo Jonás ha acrecentado su posición e influencia en nuestro Grupo y en el propio Parlamento Europeo. Impulsado por aquellos valores que le son propios -la sencillez, la honestidad, la ausencia de estridencias, el rigor- se ha convertido en nuestra referencia cuando se trata de defender la posición socialista en materia económica y financiera. Y, también, cuando se trata de defender los intereses de Asturias, a lo que dedica tiempo, esfuerzo y, como nuestros compañeros saben al igual que yo, poder de convicción. Su dedicación por Asturias no es una pose, sino un sentimiento auténtico al que se entrega en su actividad política.
Por todo ello, sólo puedo sentir orgullo por todo el trabajo que ha realizado Jonás y el gran grupo de progresistas europeos que tengo la responsabilidad de liderar. Un trabajo que, sin embargo, no ha finalizado todavía y que espero que gracias a la movilización de todos los progresistas se prolongue el próximo 9 de junio. Porque aún tenemos cosas importantes que hacer junto al resto de nuestros compañeros socialistas europeos: tenemos que seguir impulsando una Europa más solidaria, más cohesionada y más justa. Y tenemos que hacerlo con aún más ganas y aún más determinación. Junto a Jonás y al resto de ciudadanos de nuestra Unión que creen en la justicia social sé que podemos conseguirlo.
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