Hay un dato que cada vez conocemos más españoles y que cuanto más lo oímos más nos indigna. El año pasado la banca batió un récord de beneficios histórico: 26.000 millones de euros. También eléctricas, petroleras… obtuvieron dividendos récord.
Indigna que lo anuncien a bombo y platillo sin ningún tipo de recato ni pudor cuando la realidad de la inmensa mayoría es que nos empobrecemos progresivamente. En los últimos tres años cada español hemos perdido de media 7.000 euros de poder adquisitivo.
Es lógico llegar a la conclusión del 15M: «no es crisis es saqueo». Un saqueo que empezó hace 10 años con los recortes en sanidad, educación… y hoy continúa con el atraco de la «inflación», que consiste en que bancos y monopolios se enriquecen subiendo los precios a costa de nuestros salarios y pensiones.
Sin embargo, en este trasvase de rentas de nuestros bolsillos a los grandes capitales, un ladrón permanece oculto y en silencio: el capital extranjero.
Su robo se realiza sigilosamente, no se publicita en los medios, no anuncia sus beneficios a diestro y siniestro… Pero el botín de este ladrón es el mayor de todos. Veámoslo.
Más de la mitad de lo que se llevan bancos o eléctricas al subirnos las hipotecas y la luz se va a Washington o alguna capital europea. Se lo llevan los grandes fondos, sobre todo norteamericanos. El Banco de Santander ha sido el banco español con más beneficios en el 2023, pero el 45% de esos beneficios han ido a parar a bancos norteamericanos.
Los grandes monopolios extranjeros controlan en estos momentos más de la mitad de las acciones del Ibex-35. Grandes fondos norteamericanos como Blackstone se hacen dueños de la vivienda, disparando los alquileres. O copan la sanidad privada, degradando la pública. En los últimos años el capital extranjero se ha quedado con 170.000 millones de euros anuales.
Como en la película de Hitchcock Atrapa a un ladrón, es importante dar con este atracador oculto que sustrae cada vez más riqueza nacional. Este nivel de intervención del capital exterior sería impensable en la mayoría de países europeos. Nuestra industria está controlada por este capital. Ellos deciden qué producimos y se llevan los beneficios. Sin embargo, ningún partido político pone el foco en esta injerencia.
En el marco de estas elecciones al Parlamento Europeo, Recortes Cero defendemos que es imprescindible un proyecto que defienda la soberanía de nuestro país. Que promueva una banca pública nacional que sea una palanca financiera para crear una potente industria propia y de dar crédito en buenas condiciones al campo, a pymes y autónomos. Un proyecto de país donde la juventud tenga un futuro más allá de ser trabajadores en un gran parador de turismo europeo.
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