Llevo dando vueltas a cómo escribir esto. Porque hay muchas cosas que me llaman la atención en la actualidad, pero cuando un crío de 14 años lleva el cadáver sanguinolento de su hermano en una mochila no se debería escribir de nada sin antes hablar de esto. De la guerra.
No es solo Gaza, ni solo Ucrania. Es Congo, es Sudán, es Yemen. Es Rojava, donde el gobierno de Erdogan sigue bombardeando al pueblo kurdo, el que luchó cuerpo a cuerpo con el ISIS, el que puso los muertos para protegernos a los demás. Es sobre todo Siria. 11 años de guerra.
En su momento intenté leer el libro de Javier Espinosa y Mónica Prieto Siria, el país de las almas rotas. Al cabo de unos días tuve que dejarlo. No podía dormir. Esto que me pasa a mí lo están notando muchas publicaciones, como la revista 5W. Decrece el interés por conocer la realidad. No somos capaces de digerir el horror que estamos viendo.
Pero tenemos que hacerlo. Nos va la vida en ello. Pensar y razonar en común para construir soluciones. Y para tener fuerza para imponer esas soluciones. No nos engañemos, si no hay fuerza y unidad en quienes deseamos la paz, no habrá paz. Y si no hay paz en un contexto de cambio climático como el que estamos viviendo, nuestro futuro es el de Libia o el de Haití. Cuando hay un estado fallido, la barbarie triunfa y se tarda décadas en volver a algo parecido a la normalidad.
Para pensar en común o en voz alta, empiezo por tratar de entender qué es ese occidente que para unos debe ser salvado y para otros es el demonio cuyos enemigos sean quienes sean son buenos. En mi ingenuidad creía con Edwar Said que Occidente no existía, pero ya que existe, me gustaría saber qué es. Argentina parece ser occidente. Entonces Haití, ¿lo es también? Polonia es occidente. Entonces Serbia, ¿también? ¿Y Bosnia? ¿Y Armenia? ¿Y Azerbaiyán? ¿Y Corea del Sur? ¿Pertenece a occidente? ¿Australia? ¿Qué es eso que hace que unos sean occidente y otros…? ¿Qué son los otros? ¿Oriente? ¿Los malos? ¿Los buenos? Quizá, solo quizá, las cosas sean más complejas. Pero además de occidente están los valores occidentales. Y ahí hay una coincidencia, todo el mundo entiende que los nazis son los malos. Pero ¿quién son los nazis?
En la película El Extraño, Orson Wells es un nazi escondido al que busca dar caza Edwar G. Robinson. Para desenmascararlo se vale de un pequeño detalle. Hablando de Alemania y de cómo el nazismo había podido triunfar, Robinson menciona Marx y Wells dice con cierto desprecio Marx no era alemán, era judío. De momento Robinson no se da cuenta, pero pasado un tiempo cae en ello. Marx era alemán, claro que era alemán y, en la película, Orson Wells es un asesino nazi.
Los nazis no eran «los alemanes». Los nazis no mataron judíos. Los nazis eran fanáticos y ladrones, que mataron alemanes, holandeses, franceses, polacos, italianos y españoles. Muchos de ellos de religión judía. Y sí, no se nos olvide que antes de nazis eran profundamente corruptos.
Muchos de los judíos asesinados en los campos de concentración eran alemanes, como Ana Frank por ejemplo. Quien no era alemán era Hitler. Es decir, ser nazi no es algo congelado en el tiempo, es decidir en función de tus prejuicios quien tiene derecho a vivir y cómo. Ser nazi es no respetar la libertad y la vida de los demás para aprovecharte y obtener un beneficio ilegítimo de ello. Por ejemplo, quedarte con sus propiedades después de haber matado a toda la familia incluidos los niños pequeños. O considerar que tienes derecho a invadir otros países basándote en manipulaciones de la historia.
Es decir, la única manera de entendernos y sobrevivir es basarnos en un derecho universal que marque reglas comunes… por ejemplo, la declaración universal de los derechos humanos de 1948. Por ejemplo, la convención de Ginebra sobre la guerra. ¿Y qué nos dicen esos convenios internacionales firmados mediante acuerdos de casi todos los países del mundo?
Que no se puede bombardear un hospital. Aunque haya terroristas dentro. Punto final. Que no se puede bombardear una escuela con escolares dentro. Aunque también haya terroristas dentro. Que no se puede torturar, ni siquiera a unos asesinos. Muchos de izquierda y derecha os alegrasteis con las imágenes de los tayikos torturados en Moscú. ¿Acaso sabéis cuantos tayikos inocentes fueron torturados ese día en Moscú? ¿Acaso imagináis cómo actúa el ejército ruso o cómo actúan los asesinos de Wagner cuando están en África lejos de las cámaras? ¿por qué sois tan ilusos de poneros del lado del torturador sin pensar que tenéis muchas papeletas para ser los torturados?
Es que Israel está defendiendo nuestro modo de vida. ¿Ah sí? ¿El gobierno corrupto de Netanyahu? ¿El que tiene al hijo en Miami y él en un bunker de un millonario, mientras soldados de nombre López y rostro de pueblo originario de América exponen su vida en Gaza? ¿El mismo Netanyahu que gracias a ser primer ministro no ha ido aún a la cárcel por todas las corrupciones de las que se le acusa? ¿Y cómo nos defiende? ¿Atacando el Líbano donde hay tropas españolas? ¿Poniéndose de perfil cuando empezó la guerra de Ucrania y no ayudando para nada a Europa? ¿Colaborando con la monarquía marroquí en contra de nuestros intereses? ¿Qué tengo que agradecerle a Netanyahu exactamente? ¿Qué sus francotiradores hagan tiro al blanco con niños desarmados de 12 años? ¿Qué desguarneciera su frontera para que Hamas atacara? ¿Que se negara a salvar la vida de los rehenes? ¿Qué sus tropas mataran a cientos de sus propios ciudadanos? ¿Qué apoyara y armara a Hamas? ¿De tantas cosas «buenas» que ha hecho cuál fue para ayudar a mi país y mi forma de vida? Porque hay algo que no me encaja. Bueno, sé que paga a periodistas y políticos para que le defiendan, ese dinero sí que entra en España.
En cuanto a Putin, el ídolo secreto de la ultraderecha y absurdamente de los nostálgicos de la URSS. ¿Cómo podéis explicar su defensa de la clase obrera y de la civilización cristiana cuando apoya a Kadirov, hijo de Kadirov? Sabéis, supongo que Kadirov, que llegó al poder por ser hijo del difunto Kadirov, tiene varios retoños y uno de ellos, delante de su padre y varios hombres armados pegó una paliza televisada a un pobre chaval que se había atrevido a criticar el Corán. Luego el chaval fue enviado a prisión. Kadirov es multimillonario, pero es todo por el bien de la clase obrera chechena, claro. En cuanto a tener un ejército de violadores y asesinos como Wagner, eso ya lo tenía previsto Lenin, ¿verdad? Y es pura defensa de la civilización cristiana, ¿verdad?
No quiero elegir entre Putin, Hamas, Netanyahu o los Ayatollahs. Todos son mis enemigos. El mundo no es entre buenos y malos, en los gobiernos casi solo hay malos. Y sé que la declaración universal de los derechos humanos de 1948 fue hito incomparable en la historia de la humanidad. Y sé que la ONU con todos sus defectos lo es también. Y sé que vivo muy bien. Como nunca jamás se vivió y como no se vive en casi ningún país de la tierra.
Por eso quiero defenderme. No defender España, ni los valores occidentales, ni una idea magnífica de no sé quién, quiero defender mi vida y mi familia y para eso el único instrumento es el derecho. Y la cooperación. Si tienes miedo como yo, te pido que nos unamos para defender con la voz que tengamos el derecho y la justicia, por todas las voces apagadas por la violencia, por las voces que solo pueden gritar de dolor. Olvida tu sectarismo. Defiende la humanidad.
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