1º de mayo por un mundo sin genocidios y derechos y libertades para toda la humanidad

OPINIÓN

Sanitarios ayudan a un hombre, durante los altercados en París en la manifestación del 1 de mayo.
Sanitarios ayudan a un hombre, durante los altercados en París en la manifestación del 1 de mayo. BENOIT TESSIER | REUTERS

01 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Otro 1º de mayo que la clase trabajadora volvemos a celebrar en un ambiente de continuo retroceso, con un genocidio sin precedentes contra el pueblo palestino y una guerra que ya dura dos años en Ucrania, que marcan el negro futuro que nos acecha también al conjunto de la humanidad en cuanto a derechos y libertades en plena decadencia, a lo que además debemos añadir ahora la preocupación que sobrevuela por encima de nuestras mentes, como la de vivir en una situación de ingobernabilidad permanente y las consecuencias que de ello se pueden derivar a lo largo de los próximos años.

El 1º de Mayo debe de volver a constituir un día de lucha y reivindicación de los y las trabajadores y trabajadoras, en la defensa de los derechos sociales, económicos y laborales, que el poder neoliberal nos está arrancando después de muchos años de lucha y sacrificio por conseguirlos. Por el contrario, hay quienes tratan de convertirlo en un día de fiesta, queriendo con ello ocultar el carácter reivindicativo y de lucha de clases que debe de tener.

El derecho al trabajo y un salario digno, la necesidad de que tengamos una vivienda, seguridad social, sanidad, educación pública, transporte etc. Forman parte de nuestra reivindicación permanente, que no puede ser callada por las políticas imperialistas de la UE, ni todo el entramado político que la conforman.

Vivimos un proceso de cambio permanente, pero a peor, cada vez son más las perdidas de puestos de trabajo, la precariedad, el cierre de empresas y la perdida de nuestros derechos que, a través de la Reforma Laboral impuesta y no derogada, nos conduce a la miseria y al empobrecimiento de nuestras familias y también a muchos sectores de esta sociedad muy mermados por la enorme crisis que carga sobre nuestras espaldas.

Nuestro futuro es poco esperanzador, vemos desde la impotencia, las injusticias que siempre se imponen a los y las trabajadores y trabajadoras y a la mayoría de la población: paro, recortes, desahucios etc... Mientras, multitud de corruptos y ladrones de la casta, desde Madrid a Panamá roban y evaden el dinero del pueblo, entran en la cárcel para dos días y después gozan de permisos carcelarios. La ley mordaza ha sido creada para reprimir cualquier intento de respuesta de la lucha de los y las trabajadores y trabajadoras y clases populares, pero sin embargo vemos como se condena y encarcela a quienes se enfrentan al sistema por mejorar las condiciones de vida trabajo y libertad de la gente.

El terrorismo que representa el hambre mundial, la miseria, la explotación, la enfermedad y la opresión que atormenta a millones de hombres mujeres y niños es la verdadera causa de agitación e inestabilidad que recorre el planeta en los 24 años que llevamos ya del presente siglo.

El capitalismo como sistema de explotación tiene agotadas las vías democráticas y ejerce de ejecutor contra los derechos humanos y contra los derechos sociales, es incapaz de dar solución a los graves problemas que ellos mismos generan por su obsesión de llevar a cabo un constante enriquecimiento a través de un neoliberalismo feroz, siendo la acción militar un exponente de ese agotamiento.

En este 1º de mayo es necesario reforzar la unidad de todos y todas, frente a la política sin escrúpulos del capital económico y neoliberal. La única democracia creíble es la que camine hacia la construcción de un mundo y un modelo político y económico, distinto al actual que nos condena de por vida al hambre, miseria y necesidades de primer orden, hacia la igualdad de condiciones y derechos para todos y todas. Al mismo tiempo que debemos expresar nuestra solidaridad con quienes han salido de sus países huyendo de guerras injustas y en busca de poder vivir dignamente, manifestando nuestra oposición en contra de las fronteras, que solo dejan muertos a uno y otro lado de las mismas.