Nada viaja más rápido que el pensamiento. Cierren los ojos y piensen en un lugar y, en su mente, ya estarán allí. No hay mejor agencia de viajes que los libros. Se puede cambiar de país, de continente, de planeta, sin moverte de una silla. No solo eso. Los libros te permiten viajar hacia el pasado y hacia el futuro. Cambiar de siglo o de mes. No solo los libros. También los periódicos, o cualquier forma de lectura que practiquen. Hoy es mucho más que el Día del Libro. Es, pues, el día de la lectura, una fiesta para los ojos y para los sentidos. Una ceremonia que se puede practicar en silencio, aunque estemos devorando miles de palabras.
No estoy de acuerdo con los que dicen que hoy se lee menos que antes. Soy optimista. Miren la cantidad de posibilidades que tiene la lectura. Leemos cada vez que utilizamos el móvil. Leemos en las redes sociales. Leemos en los grupos del móvil. Enseguida me dirán que en esa biblioteca universal que son los buscadores hay de todo. Claro. Pero igual que los bibliotecarios o los libreros nos guían para elegir el mejor de los libros, también debemos aprender a discriminar qué lecturas en las pantallas nos hacen mejores y cuáles, peores. Lo mismo sucede con los medios de comunicación. En La Voz de Galicia intentamos explicarles la última noticia sucedida en el territorio gallego como en el más alejado rincón del mundo. Hoy, con la web, nos tienen conectados 24 por 7, todo el año, en horario de madres.
Buscar las marcas que emplean recursos en narrar las cosas con la mayor veracidad como tratamos de hacer en La Voz es una manera de informarse con tiento. Se lee más que nunca y a todas horas. Aunque siempre nos quedará esa querencia por la tinta y el papel, como a Bogart y a Ingrid Bergman siempre les quedará París. Hay algo en el tacto con tacto del papel que enamora. Cuando pasamos páginas de un periódico, de una revista, de un libro, es como si fuésemos pasando los latidos de nuestro corazón. Regalar lectura es regalar la posibilidad de un mundo mejor. La gente más informada tiene más recursos para enfrentarse a un planeta cada vez más confuso y veloz. Lean. Nada mejor que informarse para que no les deformen.
Hoy es 23 de abril. Se supone que, en 1616, ese día murieron Cervantes y Shakespeare, los dos genios de las letras. Pues si leen sabrán que ni uno ni el otro. En Inglaterra, en el siglo XVII todavía se regían por el calendario juliano. En España lo hacíamos por el gregoriano. Lo que supone una diferencia de diez días entre la muerte del uno y el otro. Pero da igual. También después supimos que Cervantes murió ayer, un 22 de abril, no un 23. El 23 dicen que sería el día de su entierro. Pero, insisto, nada como leer para informarse y para que en el fondo nos dé igual que la coincidencia de la fecha no exista. Sí es verdad que perdimos a los dos con muy pocos días de diferencia, pero que nunca nos dejaron gracias a que escribieron auténticas maravillas, de esas que con abrir las páginas nos hacen viajar a la Roma de Julio César o a La Mancha sin movernos del sitio. Disfruten de la lectura. Regalen libros, periódicos, en papel, en web. Están regalando libertad.