La noticia perturba. Es de las que te abren los ojos. La Voz publicaba en su sección de Economía que «El principal fabricante de pañales de Japón abandona el mercado de bebés y se centrará en el de adultos». El título no puede ser más claro. O el epitafio. Ya una vez escribí que el camino que llevamos es el de ir al trabajo en pañales. No hay relevo generacional. Al lado de los polígonos irán construyendo tanatorios para que el tránsito sea discreto. Nos moveremos por los trabajos con andadores. Esta noticia que nos llega de Japón ahonda en eso mismo. La tragedia de la falta de nacimientos. Lean. Ji Holdings, el mayor fabricante japonés de productos de celulosa, ha tomado la decisión de abandonar la producción nacional de pañales desechables para niños y, en cambio, reforzar su apuesta por el segmento de pañales para adultos ante las perspectivas de crecimiento en Japón. ¿Lo visualizan? Las empresas nunca pierden. Ellos tiene el producto y han decidido moverse hacia donde está el mercado. Los números son estos: la tasa de fertilidad de Japón se sitúa en 1,3 hijos por mujer, por debajo de los 2,1 necesarios para mantener la población, que se espera que caerá en Japón desde los actuales 125 millones a menos de 90 millones dentro de 40 años, como cuenta la noticia en La Voz.
¿Podemos estar en España tranquilos? Nada de nada. Nuestra tasa de fertilidad era de 1,19 hace un par de años. Tenemos una pirámide invertida con un cabezón tremendo. Una pirámide que no se sostiene. Nuestras cifras son peores que las de Japón. Pronto nuestras empresas de pañales seguirán el mismo camino. Hay más mayores sentados en los bancos de un parque que niños en los columpios. Es una tragedia. Y en Galicia encima sabemos bien de qué va este asunto de la despoblación y el abandono. Ahora hay menos críos por aula en los colegios. Es el primer paso. Pronto se cerrarán colegios para reabrirlos, tras acondicionarlos, como residencias. Serán plazas necesarias para la generación del baby bum, que vamos a tener muy difícil retirarnos con dignidad. ¿Quién mantendrá el gasto en pensiones, sin jóvenes? Todo forma parte del mismo cuento. Un cuento que no es oriental. Es de todo el primer mundo. En Oriente y en Occidente. Europa, por ejemplo, o espabila o será solo un museo. Únicamente la llegada de inmigrantes nos sostiene. Como para no recibirlos con los brazos abiertos. No hay nada mejor que la mezcla. Pero sepan que lo de Japón y su reorientación de pañales no es solo una noticia, es una tendencia. Es una voz de alarma. Desde los gobiernos dicen que se aplican todas las políticas posibles para que los jóvenes se animen a tener hijos. La realidad que vemos en nuestro entorno es muy distinta. No tienen dinero ni para alquilarse una casa. Para comprarla, imposible. Padres y abuelos les echan una mano con sus pensiones para acabar el mes. El mundo, y la economía, al revés. Así no llegarán los niños. Y lo que vendrán serán los pañales para mayores. Cómodos y de todas las tallas. Para utilizarlos en el trabajo o en la residencia. Tal vez le toque la residencia donde tuvo su colegio. Será un curioso y tremendo ejercicio de nostalgia.
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