Si Putin gana, todos perdemos
OPINIÓN
Navalny es la última víctima mediática de Putin. Pero Putin sigue matando en Ucrania cada día. En estos casi dos años, la mayor guerra desde la Segunda Guerra Mundial ha causado más de 300.000 víctimas ucranianas, incluyendo más de 30.000 civiles, que apenas son noticia ya. Ucrania ha pasado a un segundo plano que puede tener consecuencias catastróficas también para Europa y Occidente.
El objetivo directo de Putin es Ucrania, pero su objetivo indirecto es Occidente. Nos amenazó, incluso con armas nucleares, y apoya a medios y a políticos con intenciones más o menos declaradas de debilitar a sus gobiernos y el propio modelo occidental. Las democracias liberales somos incómodas para los tiranos y sus quintacolumnistas.
Europa puede y debe hacer más por Ucrania y por sí misma. Trump afirmó que, si gana las elecciones —y es muy probable—, no protegerá a los miembros de la OTAN que no asuman sus compromisos presupuestarios con la alianza militar. Esto incluye, por cierto, a España. Esta bravuconada debe alertar sobre un hecho preocupante: Europa no tiene capacidad suficiente para protegerse. Confía su defensa a la OTAN, a EE.UU. El documento clave de la política de seguridad y defensa de la UE, La brújula estratégica, afirma que la agresión de Rusia a Ucrania evidencia que la OTAN es esencial para la defensa de Europa.
La resistencia heroica de Ucrania se debe a la grandeza de su pueblo y al apoyo internacional. Ucrania podría ganar la guerra, entre otras razones, si tuviese armamento de mayor alcance y mayor capacidad aérea. Rusia solo puede ganar por desgaste. Las grandes bazas de Putin son la debilidad de Europa, cierta complicidad internacional, un régimen tiránico, una sociedad resiliente a las bajas y capacidades militares de baja calidad, pero mucha cantidad, con centenares de miles de soldados de reemplazo. La Unión Soviética añorada por Putin actuaba igual. Stalin envió a más de 300.000 soldados a la muerte en apenas dos semanas en la batalla de Berlín. Son casi las mismas víctimas de EE.UU. en toda la Segunda Guerra Mundial, en la que la URSS tuvo más de 20 millones.
Para ganar, Putin solo tiene que sentarse y esperar. Europa y Occidente, sin embargo, tienen que actuar. 2024 es un año clave con elecciones en Ucrania, en Rusia, al Parlamento Europeo, en Reino Unido y en EE.UU., que podrán condicionar el desenlace de la guerra. Si Putin gana, pierde Ucrania, pierde Europa, pierde Occidente, pierde la democracia y pierde la paz. Si Putin gana, perdemos todos.
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