Si hay una imagen que puede describir la química, la sintonía, en fin, el entendimiento entre dos personas, no es esta. He aquí, con una foto real como testigo, al, digamos, señor agua, Pepe Álvarez, líder de UGT, y a la señora aceite, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, tan extrañamente juntos como perdiéndose de vista, es como si el uno y la otra se hubiesen olvidado de que hay alguien más en la habitación. Si Álvarez y Ayuso no se conocieran y coincidiesen en la sala de espera del dentista, pendientes ambos de una extracción, o de una endodoncia, a lo mejor hasta se les veía más compenetrados. En esta estampa, sus pensamientos prácticamente se hacen audibles. Es como si los dos estuvieran consolándose a sí mismos: «Sí, en esta vida toca reunirse unos días con el ángel y otras con el diablo». El encuentro lo resumirán las dos partes con esa palabra tan sobada en estos ámbitos: cordial. Se han visto conflictos bélicos más cordiales.
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