El empleo mejora, pero tiene que hacerlo más

María José Gutiérrez RESPONSABLE DE EMPLEO DE CCOO DE ASTURIAS

OPINIÓN

una oficina del servicio público de empleo en Oviedo
una oficina del servicio público de empleo en Oviedo j.l.cereijido | EFE

12 ene 2024 . Actualizado a las 05:01 h.

El paro es, junto con la precariedad y la pobreza, la preocupación principal de Comisiones Obreras. Por eso estamos reclamando planes de choque por el empleo específicos para jóvenes (su tasa de paro ronda el 30%), mujeres (hay 9.342 más que hombres en el desempleo) y personas en paro de larga duración (30.000, según la última EPA, que llevan más de un año buscando trabajo sin encontrarlo). Son los colectivos peor tratados por el mercado laboral.

Hace unos días, precisamente, se publicaban los datos del paro registrado. La región tiene ahora 4.515 personas en el desempleo menos que hace un año, y la cifra ya está por debajo de la de 2008.

Cuando realizamos la valoración de los datos incidimos en que el comportamiento del mercado laboral estaba siendo positivo, pero también advertimos de que habrá que esperar a ver si se consolida la tendencia. En todo caso, todavía hay mucho por hacer para dar trabajo (a ser posible estable y con derechos) a quienes no lo tienen. Porque 57.372 personas en el desempleo es una cifra inasumible. Aunque los datos puntuales puedan ser positivos, la realidad del mercado laboral asturiano no lo es tanto.

En verdad, inscritos en el SEPEPA hay 84.255 demandantes de empleo, un colectivo que comprende a las personas en paro registradas, a otros 4.560 demandantes no ocupados, a 5.677 demandantes con disponibilidad limitada y a 16.646 personas ocupadas (fundamentalmente que buscan otro empleo, pero también fijos discontinuos sin actividad cobrando prestaciones y en ERTE cobrando prestaciones).

Nuestro sindicato puso el acento hace unas semanas sobre este último colectivo, ciertamente numeroso, de trabajadores y trabajadoras que buscan otro empleo, mejor o compatible con el que ya tienen. Y esto apunta a dos situaciones preocupantes: el elevado número de personas (la mayoría mujeres) que trabajan a tiempo parcial porque no consiguen un empleo a jornada completa, y el fenómeno cada vez más extendido de los trabajadores y trabajadoras pobres: personas que aun teniendo un trabajo, éste no les garantiza unos ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. España encabeza las tasas de la Unión Europea en este registro.

Desgraciadamente, el paro y la precariedad empujan a muchas personas a la pobreza. Y Asturias ha sido la comunidad autónoma en la que más aumentó la población en riesgo de pobreza y exclusión social desde 2015. La tasa hoy es del 25,3%.

Lo que sí ha mejorado, gracias a la reforma laboral, es la estabilidad en el empleo. Casi dos años después de su entrada en vigor, sus efectos son incuestionables: la región tiene 41.292 personas afiliadas más con contratos indefinidos que en diciembre de 2021. Actualmente, tres de cada cuatro trabajadores y trabajadoras del régimen general tienen un contrato indefinido (el 74%) y, en particular, más de la mitad del total cuentan con un contrato indefinido a tiempo completo (56%), porcentajes históricamente altos.

El éxito de la reforma laboral es la confirmación de que, a través del diálogo social, entre los sindicatos, la patronal y el Gobierno, sin imposiciones, se pueden lograr avances que benefician al conjunto de la clase trabajadora. Por ahí hay que perseverar.

Hay mucha tarea por delante. Además de avanzar en la creación de trabajo decente y en la estabilidad en el empleo, es igualmente imprescindible ampliar y mejorar las coberturas por desempleo, porque en Asturias más de la mitad de las personas en paro que reciben prestaciones cobran una asistencial, de 480 euros al mes, lo que está lejos de garantizar una vida digna.

Como venimos defendiendo, Asturias requiere un modelo productivo sustentado en la industria (avanzada, tecnológica y sostenible) capaz de generar empleo de calidad. También necesitamos mejorar la formación, para adaptarla a las cambiantes necesidades del mercado de trabajo, además de una intermediación laboral más eficaz por parte de los servicios públicos de empleo. Y, sobre todo, hace falta que las empresas ofrezcan buenas condiciones laborales y salariales, para que acudir al trabajo no se convierta un castigo ni una pesadilla, sino una fuente de realización personal y una garantía de tener cubiertas las necesidades básicas. Y, por supuesto, un mercado de trabajo sano es un mercado de trabajo sin siniestralidad y con buena salud laboral. Porque al trabajo vamos a ganarnos la vida, no a perderla.

En estos objetivos, la clase trabajadora asturiana siempre podrá contar con Comisiones Obreras.

* María José Gutiérrez Responsable de Empleo de CCOO Asturias