2024, un año que promete

OPINIÓN

Monasterio de San Salvador de Cornellana
Monasterio de San Salvador de Cornellana

06 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Me gusta el año 2024. Los dígitos que lo componen suman 8, uno de los números que más me ha fascinado a lo largo de mi vida. El 8 es eternidad, porque adecuadamente rotado se transforma en el símbolo del infinito. El 8 es vida porque es el número atómico del oxígeno y de la creación de moléculas. El 8 es la perfección por partida doble, ya que contiene dos círculos tangentes, siendo el círculo una de las figuras geométricas esenciales de nuestro universo. El 8 es equilibrio, pues en él confluyen las fuerzas antagónicas del movimiento cósmico regenerativo. El 8 es geometría sagrada, pues 8 son las puntas de la estrella octogonal, símbolo de trascendencia mística.

Así que seguramente no es casualidad que el 8 sea uno de los nudos más utilizados en escalada. O que el 8 en navegación sea un nudo fuerte y versátil, que aunque esté sometido a mucha presión, es fácil de deshacer. O que su apariencia entrelazada sea un símbolo de afectos cruzados que en heráldica simboliza el amor leal.

El 8 me proyecta hacia la ilusión infinita. Esa que me impulsa a pensar cada día y a mantener vivo mi cerebro, como si mis neuronas en lugar de apagarse, se renovaran eternamente.

Y precisamente, pensando en lo que puede depararnos el año 2024, hice un ejercicio de «regresión», buceando en la espiral del tiempo y en mi espacio preferido: mi Asturias del alma.

Caí en la cuenta, jugando con la inspiración numerológica, que 2024 es rico en efemérides que, a su vez, pueden poner el foco en nuestra tierra, y generar riqueza y notoriedad de la buena. Y encontré unas cuantas que justamente suman 8.

Sin duda, una de las más significativas es la del Real Monasterio de San Salvador de Cornellana, que está de aniversario: ¡el próximo 31 de mayo cumplirá mil años! Siempre sentí una devoción especial por este monasterio jacobeo, que tantos avatares ha superado en su imparable devenir.

San Salvador de Cornellana es un superviviente de grandezas y miserias humanas, y tal vez este aniversario sirva que este Patrimonio de la Humanidad, que ha llegado hasta hoy casi de milagro, cobre el protagonismo y la atención que le corresponde.

Siguiendo en el ámbito cultural, este 2024 se cumplen 130 de los primeros juegos olímpicos de la Era Moderna, y por tanto de la participación asturiana en ellos, dado que tres profesores de la Universidad de Oviedo estuvieron en la fundación del Comité Olímpico Internacional junto al barón Pierre de Coubertin: Adolfo Buylla, Aniceta Sela y Adolfo Posada.

Y precisamente en el último año del siglo XIX nacía Dionisio de la Huerta, que este 2024 cumpliría 125 años, y que fue el creador de un magnífico evento lúdico, deportivo y cultural, concebido con espíritu olímpico: La Fiesta de las Piraguas o Descenso Internacional del Sella.

2024 también atesora otra efeméride vinculada a un olímpico asturiano: Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, que fue el primer medallista olímpico español, conquistó hace 120 años la cumbre del Urriellu, formando cordada con Gregorio Pérez, «el cainejo».

En tiempos más recientes, una mente preclara y noble del occidente asturiano, José María Naveiras Escanlar, «Pepe el Ferreiro», creó en 1984 el Museo Etnográfico de Grandas de Salime, convirtiendo este espacio en una referencia nacional e internacional de la investigación cultural, antropológica y social. Este museo, que hoy lleva su nombre, cumple, por tanto, 40 años.

30 años cumple el Museo de la Minería y la Industria, conocido como el MUMI, creado en 1994, y hoy convertido en un espacio clave para conocer el patrimonio industrial de Asturias.

El siglo XX fue también el siglo del marketing, una ciencia joven en constante evolución y que ha contribuido con sustanciales aportaciones a las transformaciones sociales. Asturias ha contado con notables especialistas en marketing. De hecho, este año un aniversario pone de manifiesto que hemos sido pioneros en marketing turístico con una marca de calidad única en España en su momento: el Club de Calidad de hoteles Casonas Asturianas, que cumple 30 años. Mucho nos podrían contar personas como Carlos García Morilla, Dimas Suárez o Amador Robles sobre cómo innovar desde la gestión pública a través del marketing turístico, porque ellos impulsaron con su buen hacer una iniciativa que ha hecho historia en el turismo español.

Una década después, hace ahora 20 años, llegaría otro hito en el turismo rural: la marca de calidad Aldeas Asturias Calidad Rural, heredera del «Know how» de la pionera.

¡Qué cantidad y calidad de hitos! ¡Cuántas personas con empuje!

Sin embargo, ironías del destino, de aquellas personas clave casi nadie quiere acordarse: Pedro Pidal terminó sus días en la soledad y el ostracismo absoluto, y hoy en día puedes encontrar alpinistas asturianos - esto tiene bemoles - que reniegan de sus logros. Dionisio de la Huerta tiene una pandilla de apasionados de su legado que tratan de mantenerlo vivo, con mucho esfuerzo e inciertos resultados. Pepe el Ferreiro fue objeto de una cruel e injusta persecución en vida que terminó prematuramente con su salud. De Dimas Suárez ya no se acuerda casi nadie, excepto su familia y algunos amigos y compañeros de fatigas. La Infanta Cristina, la que fundó San Salvador de Cornellana, forma parte el limbo de la desmemoria y la incultura.

2024 promete: ¡Rescatemos del olvido nuestra gran historia y a las personas que la han hecho posible! ¡Solo desde la memoria se construye la inteligencia, la convivencia y la felicidad!