La moción de censura en Pamplona pilla a Pedro Sánchez fuera de casa, en Bagdad. Allí, el hombre no dirá ni Pamplona de Pamplona, como un día antes, en Madrid, tampoco dijo ni Pamplona de la amnistía en Cataluña. Tiene que sentar bien tomar distancia de las cosas, aunque uno se pierda esta fiesta de la democracia del PSOE con Bildu, sí, del PSOE con Bildu, hay cosas que para creerlas hay que leerlas dos veces. De igual modo, conviene escuchar dos veces la pataleta clasista de la ya exalcaldesa, de UPN: «Nunca apoyaría a EH Bildu; prefiero fregar escaleras». Un político fregando escaleras. Ja. No lo verán nuestros ojos. Lo que sí ven es esta estampa del flamante alcalde aberzale festejando el éxito de la moción ante el Ayuntamiento. Por si quedaba alguna duda, he aquí la demostración de que el PSOE, como el dinero, a lo mejor no da la felicidad, pero ayuda bastante. Joseba Asiron. De Bildu. Bailando, ejem, la conga de Pamplona. Pasándoselo de miedo. Sí. Justo. Eso es. De miedo.
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