Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre. Qué frase. En la mitológica explicación que se nos daba en las escuelas sobre la presencia árabe en la península ibérica, la convivencia durante ocho siglos de cristianos y musulmanes se convertía en una especie de gresca larguísima de buenos contra malos. Los primeros vivían atrincherados en el norte, en la España auténtica, y desde Covadonga conseguían empujar a todos los segundos hacia el sur, como si en esos ochocientos años los moros fuesen otros y no nosotros. Este cuento tan inverosímil e ideológico inventado en el siglo XIX sobre el mito de la Reconquista y dado por cierto en los colegios en los que fuimos educadas concluía con ese llora como mujer lo que no supiste defender como hombre que en teoría la sultana Aixa le asestaba a su hijo Boabdil el Chico antes de entregar Granada a los Reyes Católicos. Sabemos ahora que la oración nunca salió de la boca de Aixa porque fue escrita tres siglos después pero su autor, el padre Echevarría, sería hoy un guionista fantástico, con talento para meter en un puñado de palabras drama, batallas, estrategia, lágrimas y, hoy lo sabemos, sexismo a chorro.
Se nos apareció el bueno de Boabdil estas Navidades tras saber que el ultraderechista Ortega Smith le asestó un «ahora llora» al concejal de Más Madrid Eduardo Rubiño a quien previamente había lanzado una botella de agua y aireado con un folio. Smith estuvo prudente. Puede que lo que él en realidad quería decir era «ahora llora, marica», dado que Rubiño es un afanado activista lgtb, pero se quedó en ese más escueto «ahora llora» que, al igual que en la línea del padre Echevarría, se resume un universo. Nos gustan mucho estos machos de Vox. Para recordar que viven de mitos que, además de bárbaros, son mentira.
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