A Pedro Sánchez hay que reconocerle la capacidad para hacerse fotos con todo bicho viviente, y cuando decimos bicho no estamos hablando de Carles Puigdemont, o bueno, da igual. El estadista patrio quiso rendir tributo a Cuéntame sentando a su vera, en los blanquísimos sillones de Moncloa, a Merche, a Antonio y a una resucitadísima Herminia. Tantas veces tieso como un palo, acaso por el peso del cargo que soporta, a Pedro se le nota relajado, solo faltaría que no bajase la guardia en Navidad y delante de los Alcántara. El hombre acaba de hacerles una visita guiada por la Moncloa, ese lugar que hace cuatro días se perdió Feijoo, y ahora charla para la foto con la columna vertebral de la serie de series. Tratándose de Pedro, es tentador imaginar que haya montado todo este tinglado, este homenaje, para tratar de sonsacar en plan, «por favor, contadme cómo habéis conseguido estar 413 capítulos y 22 años en antena. Prometo guardaros el secreto».
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