A 626 kilómetros de donde se vota la toma en consideración de la ley de amnistía de Donde dije Pedro sin Donde dije Pedro, un hombre, Pere, disfruta como un Aragonès de unos papeles, quién sabe si no se trate de las galeradas del volumen que cerrará la trilogía del inquilino de Moncloa. Pere goza leyendo, o haciendo que lee, eso tratándose de un político de este país es lo de menos. Hace un rato que el molt honorable ha pedido a Pedro «valentía» para un referendo y, bueno, vistos los precedentes, Pere no debería descartar que Sánchez le siga el juego pues, en efecto, valentía le sobra: basta ver las cosas que ahora se aprueban a 626 kilómetros de Barcelona con la coartada de que hoy Cataluña está «infinitamente mejor». Y el caso es que Pedro tiene algo de razón. A lo mejor toda Cataluña no, pero es cierto que hay catalanes, sea en Cataluña sea en Waterloo, que viven «infinitamente mejor». Y no hace falta desayunarse la sonrisa de Pere para confirmar su tesis.
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