Loki-Ayuso; tuneladoras-democracia

OPINIÓN

Feijoo, junto a Ayuso en un acto en Madrid en julio pasado
Feijoo, junto a Ayuso en un acto en Madrid en julio pasado Kiko Huesca | EFE

03 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En las ciencias humanas, por ejemplo en Antropología, un «trickster», o farsante, es un ente ante todo astuto que está dotado del arte de la manipulación, por lo general sibilinamente, como una víbora, y tan venenosa como ella, para trastocar, volcar un orden dado. Al igual que la propia Sibila, la de la tradición que la hace hija bastarda de Zeus, como tantas otras criaturas nacidas de la «semilla» de este dios de dioses fálico por excelencia, un «trickster» procede del mundo sobrenatural y adquiere buenas dosis de humanidad. Pero la de la humanidad amoral, infinitamente henchida de maldad, resultando sorpresivo que uno de ellos proporcione algún bien a la comunidad, que no es el caso que ocupa a la columna de hoy.

Y para el caso de hoy nos fijamos en un dios islandés, Loki, el «astuto» u «origen de todo fraude», en cuyo haber está el haber propiciado la muerte de Balder, hijo de Odín y encarnación de la inocencia. Encarnando por nuestra parte a Loki en Díaz Ayuso por sus dos últimas ruindades, a añadir al rosario de declamaciones que socavan esencias democráticas.

La primera de las ruindades de la presidenta-eslogan fue su cabreo de pija niña malcriada, muy mal criada, por no ser invitada a la inauguración de la Variante de Pajares. El berreo de la mocosa subió la escala de los graves con la mentira que la acompañó, pues adujo que Madrid estuvo representada en este tipo de actos en el pasado. No es cierto, llanamente.

Las falsedades del populismo extremo ya es casi inútil combatirlas, y por dos razones: por desmesuradamente gordas, abochornan y hieren (en la etapa más mortífera de la pandemia, «libertad»); porque los desmentidos, las aclaraciones, no surten ningún efecto en los votantes patógenos que matarían por esta Sibila entronizada.

Las Sibilas suelen pasar tiempo junto a arroyos y ríos. Así, esta diosa Loki apeló a la «bravura» de los madrileños para detener al mefistofélico Sánchez y sus planes de dejar sin agua a su región, precisamente el mismo día que Teresa Ribera y Juanma Moreno acordaban salvar a Doñana de la desertización.

Huelga decir que la ponzoña lanzada por la Diva acerca de las aguas del Tajo es una trápala más, muy especialmente peligrosa en el contexto del «golpe por golpe» (Ayuso), «Sánchez es amigo de terroristas» (Martínez-Almeida, que mostró una foto en el último pleno municipal de terroristas de Hamás, pero ocultó las de los miles de niños asesinados por el régimen terrorista de Netanyahu), «quien pueda hacer que haga» (Aznar), «este Gobierno es ilegítimo» (Feijoo) o los socialistas han dado un «golpe de Estado» (Abascal).

Porque en este contexto, la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, en la inauguración de la XV Legislatura, se vio forzada a afirmar lo elemental, que los diputados fueron elegidos por los ciudadanos, que los diputados eligieron a un presidente y que el presidente elige al Gobierno. Esto es, un Parlamento y un Gobierno legítimos.

Y tanto es así, tanto es el desprecio por el núcleo de la democracia, que la derecha (PP) y la extrema derecha (Vox), a las que se ha adherido la extrema derecha de la Judicatura, no aplaudieron la intervención de Armengol, que sí lo hizo el rey, aunque fuese por respeto institucional. Y tanto es así, que lo que «a-parece» es que estas dos fuerzas políticas quieren, por la fuerza si fuese oportuno, revertir el modo con el que se gobierna una nación que es soberana.

Mientras tuneladoras topo han abierto una vía de ferrocarril en la imponente cordillera cantábrica (quienes siempre dicen todo de todo niegan la alta velocidad; o sea, la parte larguísima y sustancial del recorrido es rápida, pero como la última, cortita e insustancial, va lenta, no es alta velocidad, es velocidad de «rampa»), tuneladoras políticas están abriendo brechas en la imponente cordillera del Estado de derecho.

Estas tuneladoras, fatalmente, provienen de un partido que se arroga ser de Estado y que, no obstante, se planta ante ese Estado como el Can Cerbero ante las puertas del Hades. Un monstruoso perro de tres cabezas: Díaz Ayuso, Martínez-Almeida y Miguel Tellado, en competencia por ver quién es el que da las mayores dentelladas.