La esperanza viaja en AVE en Asturias

OPINIÓN

Variante de Pajares
Variante de Pajares

29 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

A Winston Churchill se le atribuyen infinidad de citas célebres que encajan prácticamente en cualquier contexto y que pueden introducirse en conversaciones de lo más variopinto. A pesar del ingenio del estadista, resulta complicado saber si todas son suyas, pero utilizaré una de las muchas que se ponen en su boca para explicar el momento actual que vive Asturias. «Si comenzamos una discusión entre el pasado y el presente, descubriremos que hemos perdido el futuro», reza la supuesta proclama del británico. Siguiendo su razonamiento, y aunque no se puede olvidar lo que ha costado llegar hasta aquí, es el momento de valorar lo conseguido y de afrontar lo que viene con optimismo. La llegada del AVE debe ser el punto de inflexión que alumbre un horizonte de optimismo para la región.

La alta velocidad a Asturias ha sido cara. La Variante de Pajares, una de las infraestructuras más complicadas que se han construido en España, ha costado casi 4.000 millones de euros y veinte años de trabajos. Y ha sido cara también en términos de autoestima para los asturianos. En estas casi dos décadas, la inauguración de la vía se ha anunciado en 17 ocasiones, las mismas veces que se ha retrasado su puesta en servicio. La complejidad de la obra no sirve para justificar la dejadez de los diferentes gobiernos centrales, que casi nunca han tenido el AVE asturiano entre sus prioridades y que han relegado a la región continuamente a un segundo plano. Ahora, por fin, la alta velocidad ya es una realidad y la conexión ferroviaria entre las capitales del Principado y de España, una vez que se implementen todas las mejoras, bajará de las tres horas.

Los asturianos tenían ganas de AVE y lo han demostrado desde el primer momento. El 2 de noviembre, el primer día que se pusieron los billetes a la venta, más de 10.000 personas llegaron a estar en la cola virtual para hacerse con un billete. Además, los más baratos, los de 18 euros el trayecto, se agotaron en cuestión de minutos para varios trayectos. Y, aunque pudiese parecer que fue solo el boom del momento, la fiebre por el AVE siguió las jornadas siguientes. En menos de 15 días, Renfe había despachado más de 50.000 billetes.

El primer paso se ha dado, pero las promesas del Gobierno indican que la situación seguirá mejorando sustancialmente en los próximos meses. La llegada de nuevos trenes, del servicio de bajo coste de Renfe, el incremento de plazas y de frecuencias y la conexión directa con Avilés permitirán dotar de funcionalidad al servicio. Además, el posible interés de operadores privados permitirá, de confirmarse, que la oferta sea mayor y el precio más bajo.

En cuanto a los deberes, queda por acondicionar la red de cercanías a la situación actual. Para que el AVE sea todo lo competitivo que puede ser, no caben excusas y la red debe renovarse para poner freno a la interminable lista de justificadas quejas de los usuarios habituales. Los planes del gobierno están en marcha pero es momento de acelerarlos para que se completen.

Asturias espera que el AVE permita la llegada de 600.000 visitantes al año por tren. El impacto económico es evidente, pero lo será también el incremento del tráfico de mercancías, otro de los atractivos del AVE que suele destacarse menos. No solo la gran industria podrá beneficiarse de la infraestructura, también las pymes, a las que se les abre un nuevo escenario al abaratarse sus costes de transporte entre uno y dos tercios, según las estimaciones del Principado.

Aunque suene antiguo, el futuro y la esperanza viajan en ferrocarril en Asturias. Ya lo decía Churchill, o al menos a él se le atribuye: «Soy un optimista. No tiene mucho sentido ser otra cosa».