La colaboración, la ayuda, el empuje mutuo para sacar adelante una idea, un proyecto, lo que sea es algo que siempre ha estado bien considerado y valorado por los españoles. Somos un pueblo que a lo largo de los años ha unido fuerzas, por la necesidad o la oportunidad o por cualquier otra razón, para conseguir un fin y obtener beneficio. Sin embargo, cuando hablamos de la colaboración y el trabajo conjunto entre lo público y lo privado hay quienes se echan las manos a la cabeza y niegan y reniegan con el mayor de sus énfasis. Piensan que lo privado es el mal, que el capital y la empresa se disfrazan de Belcebú y tratan de arramplar con todo; de lo público sólo hablan maravillas, aunque no sepan ni qué hacen ni cómo, pero sólo por el mero hecho de serlo ya no salen más que elogios de sus bocas. Un error magnánimo y demostrado, pero en el que parece que nuestros dirigentes actuales incurren una y otra vez con determinación.
Esta aportación entre entidades públicas y privadas es necesaria y beneficiosa para la sociedad, sea en la rama sanitaria, empresarial, educativa; en la que sea. Siempre con unos controles, unas pautas claras y dentro de la ley; faltaría más. Y castigando severamente a cualquiera de las partes que se salte lo preestablecido. Lo normal, vamos.
Uno de estos claros ejemplos de alianza público-privada es el II Congreso Internacional de Propiedad Intelectual de la Universidad de Oviedo, dedicado en esta segunda edición a las artes plásticas. El Congreso se celebra los días 23 y 24 de noviembre en Oviedo, en Circus by Borja G. Finat, el espacio cultural de ONTIER. Organizado por la Universidad de Oviedo y ONTIER, cuenta con el apoyo del Ayuntamiento, el Colegio de Abogados (ICAO) y el Centro de Investigación en Propiedad Intelectual ? UAM. Siendo un gran ejemplo de buen éxito y buen funcionamiento entre ambos sectores. La Universidad y la empresa deben darse la mano y avanzar unidas, que ya lo hacen pero deberían ir a más, porque ambas entidades salen ganando y el beneficio y el progreso lo disfruta el ciudadano. Que falta nos hace.
Un congreso creado para durar y extenderse en el tiempo, tratando toda la problemática, las posibilidades y la protección en torno a la propiedad intelectual. Donde participan los mejores profesionales del sector y al que todo artista y creador debería acudir casi de forma obligatoria, porque el creador muchas veces se siente desamparado, no sabe qué hacer con su obra ni protegerla, e informarse de los derechos que tienen y pueden ejercitar es algo necesario.
No existe la obra sin artista, como tampoco existe el artista sin obra. Una unión así, simbiótica y orgánica, debería darse entre el sistema público y el privado. Es el único camino para la excelencia ahora y prolongada en el futuro. Que siempre sumemos.