El cortejo fúnebre del oxímoron Unidas Podemos acaba de pasar, quién sabe si por última vez, y una de sus al fin exministras, Irene Montero, se funde en los brazos de su secretaria de Igualdad, Ángela Rodríguez cuando habla sube el Pam. Pam guarda esta vez riguroso silencio, lo cual es una buena noticia. Será que no quiere añadir ni una coma a la, digamos, entrañable despedida de Montero y de Belarra: «Nos echan porque lo hemos hecho bien». El cuchillo de las exministras es tan afilado que en el PP deben de andar dándose codazos en plan por qué diablos no se nos ocurrió a nosotros, Semper. Hay quien pensará que, en efecto, Sánchez ha llegado al extremo de echar a los buenos y quedarse con los malos. Pablo Iglesias seguro que lo piensa. En realidad, qué importa lo que piense Pablo Iglesias. Claro que ya es fatalidad que a Podemos no le haya ni rozado la amnistía de Pedro, con el montón de gente que el hombre se ha propuesto amnistiar.
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