Desde la comodidad y el calor de mi casa seguí incrédulo y fui informándome de la concentración promovida por este colectivo o plataforma que se hacen llamar «Revuelta» y en el que tengo algún conocido y hasta amigos. Bastante cercanos a VOX, no tanto por convicción y sí más por descontento, llamaban a congregarse el lunes a las ocho de la tarde frente a la sede de la Federación Socialista Asturiana, en la calle Santa Teresa de Oviedo, a modo de protesta por la amnistía de los golpistas y de toda su patulea a cambio de que Pedro Sánchez y el PSOE sigan aferrados a la presidencia de España. No fue algo aislado, se dio en todo el país y se movió por redes sociales y teléfonos. Unas convocatorias que carecían de autorización, y que a diferencia de otros puntos, aquí sucedieron de forma pacífica, sin apenas violencia, simplemente algunos gritos y proclamas que pueden ser desafortunados, pero como ocurre siempre en toda movilización donde la persona se mezcla con la masa y sale el borrego. Fueron entre cinco mil y dos mil, que para nada son pocos, y más con el frío que apretaba. Algunos continuaron en manifestación hasta Presidencia y algún grito y un himno más tarde ya estaban en sus casas. A parte de la izquierda le parece mal que se enarbolaran banderas de España, que es algo que nunca entenderé: ese desafecto con su país e inquina es fruto de un complejo histórico. Y en lugar de superarlo, este Gobierno lo acrecienta con sus pactos con independentistas, extrema izquierda y antiguos terroristas. Ahora se les escuchará decir que todos aquellos que están contra la amnistía son unos fachas y radicales, pero esta no es más que otra vuelta de tuerca para seguir en sus propósitos y mantener el hechizo de su grey.
No llego a entender que para aquellos que lo del 2004 en Génova tras el 11M o lo de «Rodea el Congreso» estaba bien y era un derecho del pueblo a manifestarse vean lo de las sedes del PSOE como algo muy peligroso y que no puede permitirse de ninguna manera. Ya no existe ese «jarabe democrático» que emplearon de forma matonil contra dirigentes de Ciudadanos y del PP. No deja de llamarme la atención que muchos conocidos a los que uno tenía por gente seria y proporcionada empleen los mismos modos de los que suele siempre aprovecharse la izquierda cuando trata de tomar las calles que no son suyas sino de todos. Tampoco entiendo el comportamiento de aquellos a los que los hechos descritos arriba les parecieron ignominiosos y ahora repiten
Está claro que hay quienes no tienen memoria y escudándose en sus ideales muestran que no son más que excrecencia política, movidos más por el beneficio propio que por el bien general de España.
Uno, que es de los que lleva mucho tiempo advirtiendo que la amnistía acabará con la convivencia y que de estos acuerdos de la vergüenza comandados por Sánchez brotará un país más polarizado, cainita y peor, lamenta haber llegado a esta situación. No llego a comprender cómo hay quienes se pueden tragar que estamos frente a un gobierno de progreso y consenso teniendo de socios y sentándose a negociar con quienes lo hacen. No sé de qué se asusta esa izquierda a la que le protestan en sus puertas, porque es la misma que defiende amnistiar actitudes y acciones mucho peores, es raro que aquí no quieran “apostar por el diálogo, que salgan a hacer política”, como defiende David Jiménez Torres.
De todo lo bueno que tiene este país, de seguir así, apenas quedará nada. De todo lo malo, que paso por VOX, PODEMOS, independentistas, el PSOE de Pedro y demás ralea nos quedará todo. Lo malo de los extremismos, además de tocarse, es que se implantan en la sociedad, se normalizan y se tarda mucho en erradicarlos.
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