La cuenta atrás ya ha comenzado. La infraestructura está finalizada, todas las pruebas de seguridad superadas y ya solo falta conocer el día exacto del mes de noviembre en el que se inaugurará la Variante de Pajares, la vía que permitirá la llegada del AVE a Asturias. Para llegar hasta aquí han tenido que pasar casi 20 años desde la colocación de la primera piedra, retrasos interminables y una inversión cercana a los 4.000 millones, pero ahora es momento de mirar al futuro y de no quedarse anclado en el pasado. La llegada de la alta velocidad -que no será completa hasta que comiencen a circular los trenes Avril- significa saldar una deuda histórica con la región, supondrá una revolución en la llegada de visitantes, facilitará las conexiones de los asturianos con Madrid y el resto de España y permitirá a las empresas ganar competitividad al abaratar los costes en el transporte de mercancías. Si hay un hito que marca el comienzo de cualquier nueva etapa, la inauguración de la Variante lo será de la «década del cambio» a la que tantas veces hace referencia el presidente del Principado, Adrián Barbón. Durante los próximos diez años los cambios tecnológicos, industriales y sociales serán continuos y profundos y por ello la llegada del AVE es fundamental para permitir que la región compita con el resto en igualdad de condiciones.
No hay fecha confirmada pero que Renfe haya bloqueado la venta de billetes a partir del 7 de noviembre es una señal. Sea ese día u otro cercano, sobran los motivos para la celebración, pero la jornada siguiente tocará volver a exigir. Si Asturias no quiere quedarse atrás, debe ser reivindicativa. La siguiente reclamación pasa por la puesta en servicio de los trenes Avril, que son los que permitirán volver a pegar un tajazo importante al tiempo de viaje a la capital de España. El objetivo, una vez introducidas todas las mejoras, es que el trayecto entre Oviedo y Madrid baje unos pocos minutos de las tres horas. Hay que acertar con los horarios de los viajes y fijar precios razonables para que el AVE no sea un artículo de lujo al alcance de solo unos pocos. Y, una vez conseguido todo eso, se verán colmadas todas las aspiraciones. Ese será el momento de ponerse simplemente a disfrutar de lo conseguido. El horizonte es esperanzador y las bases están puestas. Es el momento de subirse al tren.
Luis Fernández es director de La Voz de Asturias
Comentarios