No me esperaba para nada ver al facherío más extremo de este país llamando de todo al Jefe del Estado («Felpudo VI», por ejemplo) por cumplir con su deber (Pedro Sánchez es el segundo candidato que intentará ser investido Presidente del Gobierno). Veremos si en la manifestación del próximo domingo hay carteles y comentarios contra Felipe VI, porque me aventuro a pronosticar que esta tremenda trageria se colará en la «nueva foto de Colón».Siempre he pensado que la izquierda ha respetado mucho más que la derecha a la monarquía (paradojas de la vida), y entre otras cosas es porque «los verdaderos machotes españoles» siguen pensando que España les pertenece, que es propiedad suya.
No me sorprende que minusvaloren un acoso o que consideren a una víctima, como fue Óscar Puente, como el responsable de que un señor (condenado por lesiones a un hostelero y detenido tras agredir a dos policías en Valladolid) tenga el derecho a no dejarle viajar tranquilamente en un tren, porque lo moral no va con ellos. Otros actuamos de otra manera. A nadie se le ocurrió justificar la lamentable actuación de Daniel Viondi contra el Alcalde de Madrid, y eso que partíamos de casi dos meses de debate sobre si Jennifer Hermoso decía la verdad o mentía sobre si le había consentido a Luis Rubiales ese bochornoso piquito (por suerte, todo este tema no ha afectado a la candidatura de España para celebrar el Mundial en 2030 junto a Portugal y Marruecos, así que es todo un motivo de alegría constatar que nuestro país lo haya conseguido).
En este ambiente nos movemos, con declaraciones irresponsables como las del Alcalde de Oviedo/Uviéu antes del acto de la jura de la bandera celebrado en la plaza de la Catedral, diciendo que en España se está perdiendo el orden en todos los sentidos (y todavía peor, la de una persona que para el informativo de TPA dijo que con lo que está pasando «es para entrar con todo al Congreso») cuando ha habido unas elecciones democráticas y el pueblo español dejó claro lo que quiere (que se puede compartir o no, pero como demócratas no debemos poner en cuestión la voluntad de la ciudadanía).
Pedro Sánchez ha arrancado ya las negociaciones con Yolanda Díaz con la idea de fijar un programa de gobierno para los próximos cuatros, porque efectivamente el objetivo no es sacar la investidura (en plan Carmen Moriyón, que no puede ir ahora como heroína contra la ultraderecha cuando se apoyó en ella para lograr la alcaldía de Gijón/Xixón) sino en garantizar una estabilidad que no haga saltar por los aires todo (para ese escenario, lo mejor sería volver a las urnas el 14 de enero de 2024). Confío en que las negociaciones vayan a buen puerto y sigamos teniendo un gobierno progresista al mando de España.
Lo sucedido en Murcia fue una tremenda tragedia, pero por lo que vamos conociendo, parece increíble que esas discotecas pudieran seguir abiertas pese a carecer, por lo que parece, de las pertinentes licencias de actividad. No sé muy bien cómo acabará la cosa en lo relativo al ayuntamiento, porque parece que las gestiones y el cruce de información entre servicios no funcionó correctamente. La responsabilidad del anterior y del actual concejal de urbanismo, junto a los funcionarios involucrados en certificar que las órdenes firmadas se cumplieran, la veo bastante negra en el campo judicial. Igual es un poco duro decir ciertas cosas, pero nunca pasa nada hasta que pasa. Aunque el foco se ha puesto ahora en los locales de ocio sobre si tienen en regla toda la documentación, hay otros lugares muy frecuentados que están en las mismas.
A mí se me viene a la cabeza el Auditorio de Oviedo/Uviéu. El jueves 29 de abril de 1999 LA VOZ DE ASTURIAS, cuando salía en papel y ni existía el actual portal digital, titulaba «Fomento denuncia la seguridad del Auditorio. La construcción incumple todas las normas de protección contra incendios. El edificio no respeta ni la propia normativa municipal de seguridad. No tiene ni plan de emergencia ni señaladas las vías de salida».
Posiblemente, este edificio sea uno de los que todas y todos los ovetenses hemos estado al menos una vez a lo largo de nuestra vida. Y nunca ha pasado nada, afortunadamente, pero siendo Wenceslao López el Alcalde se encontró con un muerto más del gabinismo y tuvo que limitar los usos para no cerrarlo completamente (quedó inutilizado para grandes congresos, que también cumplía esa función) hasta que se ejecutasen obras. Hasta la fecha esta instalación sigue igual porque el actual gobierno local del PP no le gustó lo planteado por PSOE, Somos e IU (prefirió un nuevo proyecto basado en lo que se llama soluciones prestacionales), pero ni con la pandemia y las restricciones se aprovechó el tiempo para actuar sobre el Auditorio.
No es poca broma que el jueves 19 estará allí el Jefe del Estado, junto a un máximo de 1.500 personas, y yo no quiero meter miedo ni predecir nada malo, pero sí decir que no se puede tirar para adelante y desear (o rezar para quien crea) que no pase nada. Ya lo dice el refrán: Quien con fuego juega se quema.