Por si no estuviera el país ya en plena canícula política, van ese jarrón chino que debería ser José María Aznar y el Gobierno y dedican las últimas horas a echarle más leña al fuego, el primero llamando a una movilización en las calles contra una hipotética amnistía a los condenados por el 1-O, la portavoz del segundo acusando de golpista al expresidente huérfano de bigote y preguntándose si no será que al hombre le ronda la idea de convocar un «alzamiento». Tal como están las cosas, lo siguiente que podía pasar en este tatami que es la política en España es que a Isabel Díaz Ayuso le regalaran un cinturón negro de kárate. Y justo eso, aunque sea de manera simbólica y con la sana intención de premiar su compromiso con ese deporte, es lo que han hecho. Como si la presidenta de la Comunidad de Madrid necesitara de un cinturón para dar un golpe: su rostro dice que siempre está preparando el próximo. Ay, si todos y todas se tomaran una tila.