![El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz (c), acompañado por el jefe del Ejecutivo asturiano, Adrián Barbón, acceden al interior de la Basílica de Covadonga antes de la eucaristía celebrada con motivo de la festividad del Día de Asturias, en 2022](https://img.lavdg.com/sc/KucuUhEcx0a0WfMmw00ZbuC4ZF0=/480x/2022/09/08/00121662636842666124349/Foto/efe_20220908_104542479.jpg)
Feliz Día de Asturias/Asturies, y que mañana gane el derbi el mejor (es decir, el Real Oviedo). Ojalá llegue el momento en el que esta celebración (que entiendo que su sentido es estrictamente de carácter civil) no se vea difuminada por una festividad religiosa. Es 2023 y tengo que volver a lamentar, un año más, la presencia de autoridades y representantes de la ciudadanía asturiana en la misa de Covadonga/Cuadonga, porque su asistencia no la efectúan a título personal (que en ese caso no tendría nada que decir y, además, contarían con mi máximo respeto). Estas personas acuden a un evento donde un cargo católico (en este caso, el Arzobispo de Oviedo/Uviéu) expresa su opinión (desde mi óptica solo expresa barbaridades por su boca, pero está en su derecho de hacerlo ante sus fieles), y no comprendo que para contestar a las cosas con las que no se está de acuerdo se realicen en un sitio tan importante como es en las Medallas de Asturias/Asturies, que en este caso sí debería ser el momento central del 8 de septiembre. Lo normal y lo constitucional es defender la separación entre la Iglesia y el Estado. Todo esto que veremos hoy lo que sigue evidenciando es que queda un largo camino a recorrer hacia la laicidad. Creo que no debería hacer falta añadir nada más, pero para quien vea en mi escrito algún tipo de anticlericalismo y la antirreligiosidad, prefiero dejarle las cosas claras. No se debe confundir ni caer en la provocación de quienes manipulan el significado que la laicidad, que no plantea otra cosa más que la defensa de la libertad de conciencia y la neutralidad escrupulosa y absoluta de las administraciones públicas con respecto a lo que son cuestiones de índole estrictamente privada, como son las creencias o las no creencias. Si creemos, al menos quienes defendemos esta posición, que es posible alcanzar una sociedad mejor, es precisamente porque construimos el discurso de la laicidad desde el respeto más absoluto a quienes creen, a quienes no creen, a quienes piensan una cosa o a quienes piensan otra. Cruzaré los dedos para que en 2024 no tenga que volver a escribir sobre este mismo asunto, sea porque se ha decidido diferenciar lo civil de lo religioso o porque se ha cambiado el día de nuestra comunidad autónoma para otra fecha (como pueda ser el 25 de mayo).
A última hora se ha evitado la repetición de las elecciones en la Región de Murcia (al final a Fernando López Miras le ha pasado algo parecido que a María Guardiola). Lamentablemente, la sintonía del PP con Vox vuelve a darse y por mucho que dirigentes como Ignacio Cuesta se sientan muy preocupados por la posibilidad de que España se rompa (así lo dijo el pasado lunes en la inauguración de la Escuela de Verano de UGT Asturias/Asturies) por las exigencias de Carles Puigdemont, la cara de cemento armado que se les queda a quienes blanquean a la ultraderecha es notoria y patente. Añado la falta de escrúpulos que muestran incluso ante una situación de emergencia. El alcalde de Madrid (el mismo que hizo una gestión penosa cuando irrumpió Filomena) no tuvo mejor idea que criticar los mensajes lanzados a los teléfonos móviles por Protección Civil para proteger a la población. Almeida rizó el rizo pidiendo a la AEMET más precisión en los pronósticos cuando se dé una DANA (es muy complicado acertar dónde va a producirse toda esa descarga de lluvia). De todas maneras, si de arreglar las cosas hablamos, los jugadores de la selección española de fútbol masculino se han llevado la palma. Cuando nos extrañaba y nos apenaba su silencio y su falta de apoyo hacia sus compañeras (y especialmente a Jenni Hermoso) vemos que cuando han abierto la boca solo han conseguido añadir más razones a la necesidad de un cambio estructural en el seno del fútbol español. Esta gente, que tendrá asesores de toda índole, solo se han preocupado de redactar un comunicado enfocado a que se deje de hablar de este tema y para que no les pregunten (aunque Dani Carvajal manifestó su punto de vista yéndose por los cerros de Úbeda con lo que a su juicio es la presunción de inocencia) mediante una lectura por parte de uno de los capitanes (Álvaro Morata) sin ninguna gana de hacerlo y sin citar a la persona con la que deberían solidarizarse, porque tal y como denunció ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional, sufrió una agresión sexual en Australia (un beso no consentido). Nos queda un largo camino a recorrer en el campo de la igualdad en el deporte (y en todos los sectores), pero en este periodo de transición y en el que el fútbol femenino ha experimentado un mayor interés, espero que las futbolistas que han iniciado una huelga en las dos primeras jornadas de la liga femenina amplíen sus derechos y sus remuneraciones.
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