Asamblea de majaras

OPINIÓN

Destrozos de la dana en Aldea del Fresno
Destrozos de la dana en Aldea del Fresno Alejandro Martínez Vélez | EUROPAPRESS

07 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El domingo pasado, mientras comía, mi teléfono móvil emitió un chirrido estridente que me dio un susto terrible y provocó el salto de mi gata, que dormía plácidamente en el sofá. Cuando vi que se trataba de la alerta de Protección Civil, me tranquilicé. Aunque el cielo había tomado un color aterrador que tiñó mi casa de un ambiente crepuscular que solo los domingos más aciagos pueden producirte por dentro, me resultó tranquilizador saber que todos nos estábamos enterando de lo que estaba por venir, y uno se tranquiliza cuando sabe que todos, hasta los que me caen mal, están advertidos.

Entiendo que para quienes, en ese preciso instante en el que mi gata saltaba, estuvieran utilizando la pantalla del smartphone para endulzarse la nariz, les supuso un contratiempo y quizá algunos euros, pero para los señores gordos que viven con su gata y comían tranquilamente solo supuso un pequeño susto y la satisfacción de tener un país que, a pesar de algunos, funciona.

Pero entonces empezaron a surgir negacionistas de la lluvia en las redes sociales. Turbas de joseluises, cryptobros, incels y demás fauna habitual que suele vivir como si tuvieran problemas intestinales constantes, comenzaron una nueva batalla contra ese ente del demonio que es la AEMET, batalla que expandieron hasta situar en el punto de mira a Protección Civil, pues al parecer, al lado de casa de los joseluises, no llovió lo suficiente como para no salir a pasear esa tarde. 

Mientras en Toledo y en muchas zonas de Madrid la cosa se ponía fea por el temporal, los joseluises no cesaron su actividad. El rey de los joseluises, ese Emilio Aragón de Hacendado que se dice alcalde de la cansina capital del reino, insistió en los ataques a los servicios meteorológicos. Los subdirectores de diarios empezaron a señalar la indudable conspiración contra su privacidad que se esconde tras un mensaje al móvil, a pesar de que en su día le dieron permiso a Instagram para que se adueñe hasta de sus pelotillas del ombligo sin reparo alguno, y el líder de la derecha sonriente, el poli bueno, ya saben, el tal Moreno Bonilla, insinuó en Twitter que hay que tener cuidado con los pronósticos del tiempo, que pueden perjudicar a la hostelería. 

Finalmente la DANA llegó, arrasó pueblos y estaciones de metro, intercambiadores de autobuses, hizo desaparecer a algunas personas y mató a otras, obligó a un niño de diez años a pasar la noche subido a un árbol, aterrorizado sin saber dónde estaba el resto de su familia, y acabó con la vida de un joven ahogado en el ascensor de su edificio, que ante la impotencia de sus vecinos que intentaban salvarle, solo pudo decir que le dijeran a su madre lo mucho que la quería, pues el pobre muchacho veía que la vida se le iba y uno se acuerda en esos momentos de que no puede largarse sin decir lo que se siente como pocas veces se ha sentido. 

Con cadáveres, ruinas, caos y todo tipo de destrozos, los joseluises, con cargo o sin él, no han pedido disculpas. Esta asamblea de majaras, esta revuelta en el frenopático, resulta aterradora. Hay gente dispuesta a negar que tu vida corre peligro si te expones a un huracán, y entre esa gente, hay gente que gobierna o que pretende hacerlo y que intentarán que no se te advierta del peligro al que te puedes enfrentar llegado el caso. Ya gobiernan buena parte de este país. La sola idea de que los joseluises que dicen a sus joseluises lo que quieren oír lleguen a gobernar el país entero es un drama que no sé si realmente estamos valorando en toda su gravedad. Es terrible.