Enemigos de España

OPINIÓN

Feijoo conversa con el portavoz del partido en la Cámara alta, Javier Maroto, durante su asistencia al pleno celebrado en el Senado este miércoles
Feijoo conversa con el portavoz del partido en la Cámara alta, Javier Maroto, durante su asistencia al pleno celebrado en el Senado este miércoles J.J. Guillén | EFE

28 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La memoria es frágil. Resulta que después del coito interrumpido de la derecha el pasado domingo, algunos miembros del partido que creyó que iba a gobernar, no se explican lo que ha pasado. Son como ese pez dorado que da vueltas y más vueltas en una pequeña pecera sin recordar que ya pasó por allí cientos de veces.

Durante la última legislatura, el Partido Popular y buena parte de los medios de comunicación han intentado tumbar el gobierno de coalición a toda costa desde el minuto uno. Para ello se han valido de un montón de mentiras, medias verdades, noticias falsas y encuestas más falsas todavía. Han basado su oposición en mentiras que sabían que se propagarían más que los posibles desmentidos, con ayuda, voluntaria o no, de una prensa que ha pecado de incomparecencia en el mejor de los casos. No quiera Dios que alguien se tenga que manchar diciendo la verdad. Como los bulos cocinados para viajar por WhatsApp no han sido suficientes, el ínclito Javier Maroto dijo hace una semana, sin sonrojarse ni nada, que por primera vez no se evalúa la gestión de un gobierno, sino la moral de un presidente. Y aquí está la cuestión: como no hay mucho que decir sobre la gestión, vamos a juzgar la moral que únicamente desde nuestras filas se le atribuye a Pedro Sánchez.

Es muy difícil intentar retratar al presidente como un psicópata poco menos que satánico devorador de almas y al mismo tiempo ofrecer a los españoles un candidato con un pasado tan turbio como el de Feijoo, de quien, por cierto, todavía ignoramos por completo los dineros que gana. Además, el propio candidato ha dicho varias veces que pactaría con la ultraderecha, lo que ha logrado que muchos españoles que habrían votado a Sumar en otras circunstancias, optaran por votar al PSOE para frenar minucias como, qué sé yo, epidemias de tuberculosis, censuras de obras de teatro y revistas o acabar con el matrimonio igualitario. No estoy especulando, ya hemos visto cómo Meloni en Italia está minando los derechos LGTBI, y cómo vino a España a apoyar a Abascal, a la sazón, futurible vicepresidente del gobierno hasta que llegó la debacle.

El caso es que los enemigos de España han determinado con su voto que España es mucho mejor de lo que desean algunos españoles. Es la derecha la que odia a más de la mitad de la población del país.

Soy de los que se ha sorprendido del desenlace de estas elecciones y de los que votaron con miedo. Sí, miedo. Feijoo no será presidente porque quiere destruir todo lo bueno que tiene este país y empeorar lo que ya era nefasto, de la mano de un partido delirante con ideas conspiranoicas y nulo contacto con la realidad. Debemos ser conscientes de que hemos logrado frenar a la bestia. Debemos sentirnos orgullosos de ser enemigos de España, sea lo que sea eso.