Tres de tres, máxima efectividad en fiesta. El último día del Boombastic no se notaba, parecía el primero, la gente seguía con ganas de liarla y las ojeras tapadas con gafas de sol no pesaban en los rostros de las cuarenta mil personas.
Todo arrancó con Marlon, y a partir de ahí, poco a poco, en un goteo continuo se fue llenando el recinto. Tanto que uno se perdía en la inmensidad del recinto y en un mar de brazos y gritos. Para pedir había veces que no tenías cola, las menos, pero se notaba el apurar de la gente para vaciar las pulseras. Se bebe más con los ojos que con nada.
Bizarrap y La Bresh hicieron que La Morgal estallara, nadie podía quedarse parado. Sólo se veían cabezas y más cabezas al ritmo de la música. Según avanzaba la noche se empezaba a vaciar el recinto y los taxis no dejaban de pasar con el cartel de ocupado.
Hubo quienes alargaron la noche tanto que empalmaron con ir a votar, otros con La Paloma y el vermú sustituyó al café y la mayoría dormía en sus casas o en camping o donde buenamente pudieran.
Después de estos tres días, hoy viene Feid, que volverá a mover a la peña, pero eso es algo que dejo para el siguiente; porque si tres días ya son muchos, no quiero ni pensar en el cuarto y de domingo. La semana que entra, para algunos, va a ser de remordimientos y culpas y para otros de más candela: buscando la siguiente fiesta de prao u otro festival.
Hasta siempre Boombastic, el año que viene, si todo sigue igual, volveremos a encontrarnos.