El lago de los cisnes colocados

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

María Pedreda

20 jun 2023 . Actualizado a las 16:47 h.

Según informa la prensa, cientos de cisnes llevan más de cuatro meses parados en los campos de flores de Eslovaquia. Estos animales suelen visitar habitualmente esa zona rural en busca de plantas de colza, de las que se alimentan. Sin embargo, según apuntan los expertos, la bandada habría confundido esta vez las amapolas con la colza.

Fue en febrero cuando estas aves llegaron a las plantaciones de amapolas del país centroeuropeo, y para sorpresa general ahora son incapaces de volar y se han vuelto adictas a esta flor como si de una droga se tratase. Durante varias semanas, se dedicaron a comer amapolas sembradas en más de cinco hectáreas de terreno, destrozando los cultivos de muchos agricultores.

Al empezar a alimentarse de estas plantas por error, las aves se hicieron adictas a sus efectos narcóticos, que pueden generar relajación, somnolencia y eliminación del dolor, además de sufrir los efectos antidiarreicos, con los consiguientes problemas digestivos y, en algunos casos, la muerte de los cisnes.

Cómo no, los lugareños han retirado a los cisnes de los campos de cultivo, pero estos vuelven raudos, caminando, a disfrutar de las amapolas. Al final, por increíble que les parezca, los cisnes han sido ingresados en una granja de desintoxicación. «Hasta ahora nunca habíamos visto cisnes comiendo ni siquiera un trozo de amapola», ha asegurado un agricultor de la comarca.

Más revelador parece el testimonio de otro agricultor local, que declaró que los cisnes drogados «vuelan a solo unos metros de distancia, se caen y el movimiento es como si estuvieran borrachos, drogados». «Los pobres están sentados aquí, a menudo miran de manera muy extraña», agregó. Cisnes drogados sentados: cómo mola.

Como se pueden imaginar, se han disparado las teorías para explicar la extraña conducta de estas peculiares aves migratorias, descartando que hayan podido confundir las rojas amapolas con el amarillo de las flores de la colza. Se ha invocado el cambio climático, la contaminación industrial y otros problemas ambientales; pronto el programa Cuarto milenio nos dará una explicación aterradora.

Sea cual sea la causa, los cisnes tienen un colocón de aquí te espero y han aprendido que donde esté una buena dosis de alcaloides, que se quite la migración y la colza, porque la amapola de mala hierba no tiene nada. Vamos, que las aves han cambiado el graznido por el ronquido y no están dispuestas a volver atrás.

En fin, si un cisne negro es la metáfora de algo impredecible y muy extraño, pero no imposible, creo que los cisnes drogados de Eslovaquia son un claro ejemplo de ese tipo de metáfora. Ya lo ven, la realidad siempre supera a la ficción y llegaremos a ver El lago de los cisnes drogados, con música de Rosendo en vez de Chaikovski.