Todos tenemos problemas, pero Drugos nos los hace olvidar

Álvaro Boro

OPINIÓN

Concierto del grupo de rock Drugos en La Salvaje, Oviedo.
Concierto del grupo de rock Drugos en La Salvaje, Oviedo.

27 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que se acabó la pandemia, todo, poco a poco, va volviendo a la normalidad; con lo bueno y lo malo que tiene esto, porque lo normal no es lo mejor, sino lo que más gente repite y como más gente actúa. Y a poco que uno tenga sentido común y algo de visión periférica, sabe que la mayoría no tiene la razón ni la verdad ni la virtud, sólo tiene mucha gente. Es más, me atrevo a decir que la mayoría sólo tiene poder y validez para la democracia, y esto es porque es el mejor de los malos sistemas políticos que hemos descubierto y organizado hasta ahora. Pese a no tener virus, la normalidad dice que, aunque se pueda, la gente no va al cine, que preferimos el mucho y malo que al bueno y poco o que no se pueda hacer música en los bares de Oviedo. Bienvenida normalidad, pero vaya mierda de normalidad.

El viernes 19, con una de esas tardes extrañas entre el verano y la nada, estuve en La Salvaje viendo a Drugos. Esta banda de origen asturiano pero formada y ubicada en Madrid, cómo no si es nuestra segunda provincia, me hizo reconciliarme con la música, con el directo, con la buena costumbre de ver tocar en vivo y sentir lo que está pasando. Presentaban su último disco Amor o Dinero, que ha pasado a sonar a todas y en todos los lados en los que yo esté. Son una buena banda de rock y «tocan que te cagas», como ellos mismos dijeron en un  momento del concierto. Uno que estaba acostumbrado a escucharles en Spotify no podía dejar de pensar que poca verdad les hace, puesto que estar allí con ellos eleva su música a un espectáculo sublime. A mi Drugos me suenan al resultado de un combinado que lleva algo de Pereza, mucho de Sabina y Calamaro, un toque de LA M.O.D.A. y todo con un luquete de verdadero rock’n’roll. Por el escenario se pasaron Igor Paskual, auténtico mito viviente, y Rafa Tarsicio, promesa ya convertido en jugón.

Como canta y dijo Jano, la voz del grupo, «Todos tenemos problemas, y a todo el mundo le da igual». Una gran verdad camuflada en un estribillo y entre sonidos de guitarra. Y yo sólo puedo añadir que todos tenemos problemas, pero Drugos nos los hace olvidar.