
La primavera es una época propicia para la celebración de comicios. Así, mientras en España llevamos sufriendo la eterna campaña electoral que sentenciará, el 28 de mayo, el futuro de todas las corporaciones municipales y muchas comunidades autónomas, en otros países del mundo, como Tailandia o Turquía, también se está dirimiendo su futuro para los próximos cuatro años.
Y si en estos días España se debate la moralidad de algunos candidatos cuyas manos están manchadas de sangre, y de otros que se han llenado los bolsillos de manera altamente cuestionable, por no decir ilegal, en Tailandia y Turquía, países de corte conservador, profundamente dominados el primero por el ejército y el segundo por la estructura de Erdogan, la insatisfacción popular y el deseo de cambio han encontrado en las papeletas electorales la vía para manifestarse, ya que la calle y los medios de comunicación se hallan totalmente coartados.
Pero, aunque Pita Lamjaroenrat, del partido Hacia Adelante, ha obtenido 151 escaños de los 500 que conforman el arco parlamentario tailandés, y cuenta con el apoyo del segundo partido más votado, Pheu Thai, y de otros cuatro menos relevantes, lo que le permite controlar el 60 % de la cámara, existe el fundado temor a que los militares maniobren para ilegalizar su partido, tal y como le ocurrió a la formación El futuro por delante en el 2020.
Por su parte, el control de todos los medios de comunicación y del aparato del estado turco por parte del Erdogan, quien lleva detentando el poder desde hace más de dos décadas, cuestionan la imparcialidad de la segunda vuelta en la que se dirimirá su permanencia en la presidencia. Frente al 49,51 % de los votos obtenidos por el envejecido y manifiestamente enfermo Erdogan, el líder de la coalición opositora, K?l?çdaro lu, alcanzó el 44,8 %, una cifra increíble a la vista de los obstáculos a afrontar, pero insuficiente para desbancar al primero.
Y es que, aunque la democracia es el sistema más adecuado para gobernar un país, resulta evidente que puede ser tan vulnerable a la manipulación como cualquiera otra herramienta humana.
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