Es como si la portavoz del Gobierno estuviera librando un combate interno con su boca, y sus manos corrieran en su auxilio para impedir que la malhablada se abra y de su interior salga algo de lo que arrepentirse por los siglos de los siglos. Como el segundo expediente de la Junta Electoral a esta mujer lógicamente carente de neutralidad, solo faltaría, coincide en el tiempo con el hallazgo de que Bildu, socio preferente del Gobierno, lleva en sus listas a 44 terroristas, es difícil saber si en este instante Isabel Rodríguez se tapa la boca para no sumar más expedientes, en plan «juro que hoy no voy a decir que Pedro Sánchez es el mejor presidente de la historia mundial» o si realmente este momento en el que su boca desaparece entre sus manos es un acto reflejo consecuencia de un bochorno que nada tiene que ver ni con el calor ni con la sequía, motivo original de esta rueda de prensa. Sí, hay días en los que abrir la boca no sirve de nada.