Odiseo 1
Cuenta Dante, en «La Divina Comedia», que, tras llegar Odiseo (el Ulises romano) a las Columnas de Hércules (Heracles para los griegos), el astuto rey de Ítaca les dijo a sus compañeros en la única nave que aún flotaba de las muchas que partieron cerca de veinte antes, de la isla al rescate de la bella Helena: «¡Oh, hermanos! Que por tantos miles de riesgos ya llegasteis a Occidente…/…la experiencia de ir, con el sol, al mundo despoblado/Tened presente, pues, vuestra ascendencia [griega], no os engendraron para vivir cual brutos, mas por ser virtuosos y sapientes».
Ese «mundo despoblado» es una referencia a lo incógnito, no al despoblamiento como tal. Todo lo contrario, es una advertencia a los marinos de que hallarán en la Europa del ocaso a gentes broncas y que ellos, los griegos, cívicamente comportasen debían ante extranjeros tan bárbaros, porque ellos eran los representantes de la virtud y de la sabiduría, y había que dar ejemplo.
Tres mil doscientos años después, más o menos, de que Odiseo se «colase» en Troya dentro de la panza del caballo que ideó en compañía de un puñado de aguerridos aqueos; más de seiscientos años después del inmortal poema de Dante, Occidente, Europa y España retornamos a es «nec plus ultra» grabado por Hércules sobre las rocas que delimitan el estrecho de Gibraltar, a la ordalía del fascismo, a su turbión, a la extinción de lo acroamático y la resurrección de lo acromático, en tanto llamarada fulgurante, cegadora, que impide la visión del arco iris, de lo diverso.
El Dos de Mayo, sin necesidad de ir más atrás. La impúdica totalitaria que gobierna con afilado puño de acero la comunidad de Madrid y todos y cada uno de los ayuntamientos donde tiene mando, muy singularmente el de la capital, impidió la presencia en la tribuna del ministro Félix Bolaños, una patada en la cabeza de Pedro Sánchez. Pero también en la de Feijoo, que fue una comparsa en los festejos madrileños, para mayor e infinita gloria de esta fotocopia de Meloni y Le Pen.
Más preocupantemente todavía: una patada al poder Ejecutivo, una más a una institución del Estado. Cuando uno de sus esbirros, la del protocolo, osó agarrar al ministro que representaba al Gobierno de la nación, que no tiene por qué ser invitado (Sánchez elige a quien le representa en un acto que es patrimonio de los madrileños todos y, por consiguiente, de las más altas representaciones del Estado en las que se encuadran las autonomías), se vislumbró el equivalente, en dictadura, a poner las esposas y enjaular, humillándolo además públicamente, a un político democrático, en consonancia con la represión franquista. La Ayuso, que ya había anunciado por medio de uno de sus voceros que Bolaños no era bien recibido, estaba tramando una celada a su odiado Sánchez para armar el escándalo, como rédito electoral, sabedora de que el ministro iba a asistir porque tenía derecho a asistir. La víbora era consciente de ese derecho, aunque los derechos, para ella, están sancionados por sus órdenes castrenses. Madrid es su patrimonio. España, también. Ella sola, nos ha querido decir, una vez más, es la que reducirá a cenizas a Satanás (Sánchez): la única que puede “derogar el sanchismo”, como gusta últimamente exclamar a la hidra Cuca Gamarra, echando mano de un verbo absolutamente inapropiado para esa acción. La saña de Ayuso a Sánchez y al socialismo se balancea entre la de Millán-Astray a Unamuno y la cultura y la de Queipo de Llano a los andaluces aceituneros y a la humanidad.
Feijoo le durará a Ayuso uno o dos asaltos más. El gallego es menos que una marioneta: es nada. En verdad, el PP al completo es un saco de huesos y vísceras a merced de esta sátrapa canalla, cuyo odio a la democracia destila la misma hiel que los golpistas del 36. De hecho, este PP enfangado en el fango de la Puerta del Sol sólo le resta armar el golpe de Estado. Ahí tienen a policías, militares, jueces y fiscales que, en número escandalosamente elevado, están a la sombra de este partido infecto y del otro con el que se enlaza, el Vox que habla de los «sindicatos del crimen» (CCOO, UGT…). Curiosamente, intelectuales y científicos viran hacia formaciones alejadas de estas derechas extremas.
Paréntesis 1
(La cena oculta, trapera y obscena de Feijoo con medio centenar de fiscales, no ya conservadores, sino fachosos sin vergüenza, no dejó de ser un ritual golpista, encabezado por los fiscales Consuelo Madrigal y Antonio Narváez, que con agresividad tildaron al Gobierno de entenderse con separatistas y filo etarras [¿acaso Aznar y Rajoy no pactaron siempre que les convino con los ultra separatistas del PNV y Convergencia, de donde salieron los neonazis catalanes que, a partir de 2017, desen-cadenaron a la bestia Vox y a la bestia que se parapetaba tras el PP]; de aprobar asimismo leyes manifiestamente inconstitucionales, etcétera, etcétera, amén de arropar al PP para derrocar a sociatas y comunistas que quieren acabar con la Patria. Es decir, fiscales que han de velar por nuestro orden constitucional, que dio origen a la presente composición parlamentaria, que es la columna vertebral de nuestro Estado de Derecho, se confabulan contra el mismo, aplaudiendo para más inri la no renovación del Consejo General del Poder Judicial, que lleva más de cuatro años caduco, conculcando así el propio texto de la Carta Magna. Esta inmunda cena fue una conspiración de libro, del mismo modo que de manual Trump fue la duda expresada por Narváez acerca de posibles manipulaciones en el recuento de votos en las próximas elecciones. Más allá de esto sólo cabe blandir sables. Pero toda esta mugre puede tener su reverso: que los demócratas pasen la factura a PP y Vox en los dos comicios de este año).
Odiseo 2
A propósito del hachazo dado a Pedro Sánchez y su ministro el Dos de Mayo, dijo el ridículo, nimio, alelado y cobarde Núñez Feijoo que era natural que su dueña y señora Díaz de Ayuso y Díaz de Vivar no invitara a Félix Bolaños, porque este es un «Gobierno faltón». ¡Por Dios bendito, que oratoria, que poderío mental! Como cuando respaldó las palabras del presidente del Partido Popular Europeo (PPE), que acusó a la Comisión Europea, mayoritariamente conservadora, de hacer campaña electoral a favor del PSOE con el asunto de Doñana, con el sólido argumento de que el PPE era el grupo mayoritario de la UE.
Ayuso ha hecho hincar la rodilla al PP. El PP ha hecho lo propio con el PPE. Y desde la Comisión han advertido de la deriva antieuropea de Ayuso, del PP y del PPE. Y todo encaja. Estos «aventureros» van a por todas para arramplar el poder que la ciudadanía no les ha dado. Si para ello tienen que destruir el país, política y económicamente, el fin lo justifica. En este sentido, su ignorancia es mayúscula: no han leído a Maquiavelo, o lo han leído y no lo han entendido. Porque Maquiavelo no pretendió, como parece, inculcar al príncipe la teoría del fin y los medios; muy al contrario, deslizó entre líneas una fina y portentosa detracción al príncipe que cabalgue sobre esa teoría.
De estar en el pretérito estos serían, con Abascal y los suyos, los que erradicarían la democracia constitucional, y se erigirían en centinelas del Espíritu Nacional y del Espíritu Santo. Barredores de las hordas comunistas y de gobiernos «ilegítimos» (porque no los componen ellos). Apisonadores de sindicatos, partidos políticos, prensa libre, pensamiento autónomo. En definitiva, el anhelo de que el ¡Viva Franco! mude en un ¡Viva Ayuso!... Y en otro ¡Santiago y cierra, España!
Odiseo, no sigas, no cruces las Columnas de Hércules. Ordena a los tuyos que giran 360º el timón y huye a toda vela de esta península, de este continente habitado por bestias humanas, demasiado humanas, que diría Nietzsche. Ve a tu palacio, deshazte de quienes pretenden tu trono, y a tu esposa Penélope, y continúa con la educación-educación («paideia») de tu hijo Telémaco. Conforma un nuevo ejército y blinda tu archipiélago (Ítaca e islas menores) de los zombis que ya se han puesto en marcha desde el Oeste para esclavizar a tu pueblo. Repélelos, Odiseo, que la libertad de tu pueblo está en juego, y es un juego fundamental que hay que ganar. Y a toda costa.
Paréntesis 2
(Un compañero y amigo me hizo llegar el vídeo de la intervención de Harrison Ford en el foro «Global Climate», y estas son algunas de sus palabras: «Elegid líderes que crean en la ciencia y entiendan la importancia de proteger la naturaleza. Detened, por amor de dios, la denigración de la ciencia. Dejad de dar poder a gente que no cree en la ciencia, o peor aún, que finge que no cree en la ciencia por sus propios intereses personales… Necesitamos a la naturaleza, ahora más que nunca, porque la naturaleza no necesita a las personas, las personas necesitan a la naturaleza… Arremanguémonos y vamos a patearle el culo a ese monstruo». Trump es un monstruo. Bolsonaro es un monstruo. Moreno es un monstruo [Doñana]. Mañueco es un monstruo [permite a los energúmenos de Vox que vayan a las escuelas a impartir una lección de muy alta física cuántica, la que niega que el CO2 provoque el efecto invernadero]. Así que, toda persona con conciencia y decencia, ya sabe a quién no votar el 28 de mayo, a los negacionistas del PP y Vox, negacionistas del cambio climático, sí, pero también de la democracia. Empero, ello no implica votar a las izquierdas; se puede meter en la urna una papeleta en blanco o no acudir al colegio electoral. Pero, en cualquier caso, no se deje que el destructor, primero, y la apisonadora, luego, de la antigua y nueva aristocracia de pijos fulminen lo poco que todavía nos hace ciudadanos, dignos de serlo. Porque los lobos no se devoran entre sí, devoran ferozmente a las ovejas. Porque ellos lo son casi todo y, en consecuencia, nosotros casi nada. Ellos son la fuerza, impulsora de la guerra perpetua contra el débil. Por eso el rebaño ha de defenderse permaneciendo unido, y muy atento a la falsedad, también perpetua, al vellón con que esta aristocracia guerrera, avasalladora, cubre su verdadera impudicia e irreligiosidad, que ellos hacen al menesteroso prójimo lo que no quieren que se les haga a ellos).
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