Érase una vez polArte

Natalia Tielve García

OPINIÓN

04 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Érase una vez un rincón en el corazón de Asturias en el que los artistas comenzaron a sacar su arte a la calle. Un lugar en el que las paredes hablaban y las gentes, a su paso, en su bullanguero ir y venir, podían encontrarse a la vuelta de cada esquina con una sucesión de sorpresas. Las fachadas, las vallas y los bancos se convertían en escenarios para el arte. Y los niños - y también los mayores - dejando volar su imaginación, de forma lúdica, casual, espontánea, casi sin querer, se iban sumergiendo en una experiencia estética.

Pero lo mejor de todo es que ese rincón de fábula, ese espacio aparentemente idílico para el arte, existe. Y está muy cerca de nosotros, en Pola de Siero. Durante años y con especial intensidad en las últimas semanas un puñado de artistas invaden sus calles, sus plazas, sus parques y, sobre todo, sus paredes con unas intervenciones cargadas de un poderoso atractivo que rayan en lo proscrito. Son artistas que, utilizando diferentes recursos, códigos y formas, con sus gestos y con sus acciones han convertido la calle en museo.

Estas intervenciones, que nada tienen de vandálico, se han multiplicado en las últimas semanas coincidiendo - casualmente o no - con el surgimiento de polArte, una asociación que ha llegado para quedarse aportando un soplo de aire fresco al panorama creativo asturiano. Sus propuestas, efímeras por naturaleza, van a la caza del peatón, tras aquellos que no necesariamente frecuentan museos, galerías y otros espacios institucionales convencionalmente acotados a lo artístico. Y así, recientemente, con motivo de la celebración del Día Internacional de los Monumentos y Sitios, alumnos entusiastas del Grado y del Máster en Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, con el apoyo de polArte, nos han adentrado en un sugerente recorrido artístico de la mano de la Venus de Botticelli y del David de Miguel Ángel, con pequeñas-grandes evocaciones a Banksy - uno de los más conocidos e influyentes artistas urbanos - Jean-Michel Basquiat, Marina Abramovi?, las Guerrilla Girls, Léonor Fini y otras tantas mujeres artistas habitualmente silenciadas. Un itinerario aderezado con iconos pop renovados como «Santa Nina» ? Nina Simone - de Rewind, o Pippi Långstrump, todo un referente de rebeldía, fantasía e independencia para varias generaciones de niños, a la que Gamberrarte ha convocado para invitarnos a reflexionar sobre el abuso de las nuevas tecnologías en la infancia. Porque el arte, en general, y el urbano, en particular, entre otras muchas motivaciones, también puede adquirir un talante crítico, subversivo y contribuir a remover conciencias.

Al poder evocador de las imágenes se suma el de la palabra, con mensajes, como los que encauzan las intervenciones de SentydoArt, cargados de imaginación, de ironía las más de las veces y también de poesía. Con gestos rebosantes de fuerza, ingenio y creatividad. Y sobre todo de amor, de mucho amor al arte.

El arte de polArte tiene mucho de juego y de sorpresa, pero también de reflexión y de compromiso. Es un arte que está ahí, al alcance y al servicio de todos. Un arte que propone una nueva forma de acercarnos a las cosas cotidianas, a los espacios en los que vivimos y por los que día a día transitamos. Un arte que nos lleva a deambular y a hacer un alto en nuestro camino. Una nueva forma de ver y de hacer ciudad.

Y, como los buenos cuentos… colorín colorado esta aventura aún no se ha acabado.

Natalia Tielve García, profesora Titular de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo