Corría el año 92, no había Twitter ni Facebook, pero las fake news existían como han existido siempre. Entonces el rumor se había extendido por todo el país, las radios se hacían eco, a los periódicos les había llegado la información, y todos en casa estábamos al tanto de que Miguel Bosé estaba a punto de morir en un hospital de Madrid. Se había dado el nombre del centro médico y la causa de su fallecimiento: sida. Como cualquier noche las familias se sentaron aquel día en el sofá a ver lo que echaban por la tele, porque fue la tele, el medio de las masas, la que en un giro sorprendente acabó con las malas lenguas. Mercedes Milá, en un programa histórico, se dirigió a los telespectadores, nos saludó mirando a cámara e inmediatamente giró la cabeza y dijo una frase que resucitó a un muerto: «Buenas noches, Miguel Bosé». El impacto fue tan brutal que 30 años después, cuando se vuelve a ver esa entrevista, sigue poniendo los pelos de punta. Rabioso, con los ojos llorosos, Bosé encaró a sus enemigos públicos y dijo en alto, para que toda España lo oyese, lo que sentía: «Me quieren muerto por drogadicto y maricón, ¿y qué si lo fuese? ¿Y qué si tuviese sida? Solo le debo explicaciones a dos seres en este mundo, a mis padres, que me dieron la vida. Estamos en 1992, ¡ya está bien de meterse en la vida de la gente!». Ese programa mítico lo recupera ahora Milá en la nueva entrevista que le ha hecho a Bosé en Movistar +. A veces es una delicia volver a ver la fuerza del pasado.