A su hijo en la infancia puede inculcarle hábitos saludables que le evitarán problemas de salud en el futuro. Es mejor introducir pequeños cambios diarios en su menú para evitar enfrentamientos y que «se aburra» de ciertos alimentos, a los que cogerá manía si lo presionamos excesivamente. Ofrecerle fruta y verdura en las comidas es una opción deliciosa y nutritiva. Darle color con salsa de tomate a la menestra o mezclar la fruta con yogur o helado son dos opciones muy adecuadas. Reducir el consumo de bebidas con alto contenido en azúcar, que puede dañar sus dientes, es importante. Animarlo a beber leche, zumos naturales o agua es la mejor opción, reservando los refrescos para «momentos especiales». Puede complementar su dieta diaria durante la merienda, porque llegan hambrientos del colegio y se comerán lo que les ponga. No debe ser repetitiva y se recomiendan bocadillos, galletas integrales naturales, frutos secos, zumo natural, frutas o yogur bajo en grasa con frutas naturales añadidas, por ejemplo. También puede preparar un sencillo bizcocho básico con huevos, harina integral, yogur, levadura, aceite de oliva y azúcar sin refinar. Alternar las meriendas entre chocolate y fruta (o ambos combinados) junto al bocadillo tradicional constituye una elección estupenda.
Intentar comer en familia es importante. Evite criticar la conducta del niño y sea un buen ejemplo. Si usted no come correctamente, resulta complicado que él entienda que debe hacerlo bien.
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