Volvemos a tener que hablar

OPINIÓN

Rafael del Pino, presidente de Ferrovial
Rafael del Pino, presidente de Ferrovial FERROVIAL

03 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Pues volvemos a tener que hablar de un ejemplo de deslocalización, aunque en el caso que nos ocupa casi mejor lo definíamos de vergonzosa huida, porque una empresa cuyo principal activo desde su fundación ha sido la contratación pública en España considera ahora que en nuestro país no tiene la seguridad jurídica necesaria para mantener su negocio. Si no hay marcha atrás, Ferrovial trasladará su sede social a Holanda, país donde desconozco si hay condiciones legales más seguras, pero sí sé que la tributación será más beneficiosa para los accionistas que tienen derecho a recibir dividendos de la compañía. El año pasado la empresa ganó 7.550 millones de euros, y ante las pretensiones de internacionalizarse (especialmente en Estados Unidos) su presidente, Rafael del Pino, ha visto más conveniente mudarse porque seguramente desde Amsterdam habrá mejores conexiones aéreas con todo el planeta que desde Madrid. Fuera bromas, no han sido pocas las críticas, encabezadas desde lo político por el Gobierno, por la falta de compromiso con el territorio que la vio nacer y crecer. Volvemos a tener que hablar de la falta de escrúpulos, de solidaridad y de patriotismo del bueno por parte de quienes más fortuna tienen. El dinero público salvó a los bancos y e hizo crecer y protegió (con los ERTE, por ejemplo) a empresas de este tipo. ¿Dónde está la reciprocidad? ¿Por qué quienes más tienen quieren seguir teniendo más?

Quedan menos de tres meses para las próximas elecciones y poco a poco se van conociendo las listas electorales de los distintos partidos. Para la izquierda es mucho más difícil explicar a su electorado situaciones complicadas. En estos días a nivel nacional la actualidad pasa por el caso Mediador, una presunta trama de corrupción por la que el PSOE ha expulsado del partido al canario Juan Bernardo Fuentes (conocido como ‘Tito Berni’), que tras destaparse la noticia entregó su acta de diputado. Como no puede ser de otra manera el asunto me repugna, y aunque seguramente seguiremos viendo nuevas informaciones en días sucesivos (quien sabe si irán por fascículos hasta el 28 de mayo), creo que cabe aplaudir todas las medidas que se han tomado dentro del Partido Socialista, porque que en las filas de una formación política haya personas que aprovechan su situación para acometer fines delictivos puede ser muy difícil de controlar, pero lo que sí debería ser más fácil es que una vez que se descubre lo que no se puede hacer es mirar para otro lado (ojalá en el PP lo de la tolerancia cero no brillase por su ausencia). Quien no ha tenido tampoco su mejor semana es Podemos en Asturias/Asturies, y ya no lo digo solamente por las expulsiones y suspensiones de militancia a tres miembros, sino por la escenografía a ojos de los periodistas que cubrían una rueda de prensa el pasado martes (y que parecía recordar épocas pasadas acontecidas en la sede que IU y el PCE compartían hace varios años en la Plaza de América). Volvemos a tener que hablar de la eterna división de la izquierda, que parece un problema crónico y sin solución para siempre. La pluralidad es buena porque enriquece las ideas, pero la confrontación personal y los espectáculos públicos no sirven más que para perjudicar a la propia organización.