Hay quien dirá que Pedro Sánchez pasa más tiempo fuera de España del que pasarán los dueños con cara de cemento armado de Ferrovial. Los malintencionados no aclararán que, mientras no se demuestre lo contrario, el presidente del Gobierno paga sus impuestos aquí. Pero sí, su agenda exterior es abrumadora. Ayer a mediodía estaba en Irlanda y por la tarde aterrizaba en Dinamarca. El día menos pensado se planta en Letonia y dice que el público japonés es el mejor. En esta imagen saludando a la primera ministra danesa se le ve radiante. El hombre está preparando el terreno para la presidencia de turno de la UE, a lo cual no hay que buscarle las vueltas: actualiza su envidiado inglés sin coste para el erario. Con tanto viaje, al presidente las tracas de su Gobierno y del PSOE lo pillan siempre lejos de casa, un poco en la inopia. He aquí al tito Pedro, con perdón, con cara de no romper un plato. Ay, cuando descubra que no le queda una vajilla sana.