Con protocolo meticuloso y estudiado, se presentó en Navia lo que se ha dado en llamar «Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Occidente» lo cual puede suponer, por un lado, recuperar el viejo edificio de la Fundación Manuel Suárez, y por otro, ofrecer una formación profesional que surta las necesidades de la zona.
Eso es todo música, que es verdad que suena bien, pero falta la letra, y en eso surgen las dudas, muchas dudas. Dudas justificadas. En toda Asturias, y en particular en el occidente, la gente está harta de palabras, que lleva el viento, de promesas repetidas y de profetas que luego se esfuman como cuerpos etéreos.
El colegio Manuel Suárez lleva años cerrado, sin uso, aunque se mantiene la fundación que lo gestiona. Solo para perpetuar el nombre del benefactor que hizo la donación, merece la pena intentar dar vida al edificio. Pero las dudas aparecen inevitablemente al ver que la iniciativa surge precisamente ahora, como surge también la de implantar en el palacio de Mon unas escuela de gastronomía rural, y obligado es pensar que no es casual, dado la condición de año electoral. Se puede aventurar que en próximas fechas aparecerán otras ideas de similar rango.
El occidente de Asturias está hambriento de buenas nuevas, pero la experiencia le ha hecho incrédulo, razones para serlo hay a cientos. Un consejero, que ahora ocupa asiento en el Senado de España, prometió millones de euros para la AS-12 que no se ven. También ocupa su escaño en el senado quien fuera ministro de Transportes, y que presentó el proyecto de AVE de vía estrecha para la cornisa cantábrica.
Hablando de AVE, hay que recordar una vez más que lo que se hace con Asturias y las comunicaciones es una afrenta sin parangón. Y ya que ha surgido lo de los trenes que no caben en los túneles, cabe recordar que en Navia se proyectó y se iniciaron las obras de una conexión férrea con Ence que duerme tranquilamente. Quizá ahora es el momento para que el amigo Palacios en su campaña hacia la capital lo aclare.
Tampoco son ejemplos de eficaz gestión hechos vividos en el vecino Valdés. Cierto es que el Museo del Calamar ha abierto sus puertas, ahora llega el momento de anunciar qué hacer con la vieja ubicación. Y también se está a la espera de un nuevo anuncio renovado sobre el futuro del cine Goya.
De momento ese Polo de Innovación cuanta con cien mil euros, que pone la administración, a la espera de lo que decidan las empresas invitadas al proyecto. Los mensajes que se propagan últimamente inciden una y otra vez sobre la colaboración público-privada como un invento que nos librará de todas nuestras penurias. Mientras con hechos no se demuestre lo contrario, lo público y lo privado son como los dos railes de la vía del tren. Van en la misma dirección pero nunca llegan a juntarse. O sea que lo contaremos dentro años.