Por mucho que seas el streamer del año, es difícil competir contra el arrastre de la pantalla grande del salón en una noche tan familiar como la de Fin de Año. Por eso es imposible equiparar la audiencia de las campanadas tradicionales y el seguimiento que alcanzaron las doce uvas de Ibai Llanos en internet. Casi medio millón de dispositivos estaban conectados a su canal de Twitch a medianoche, pero la medición de audiencias del streaming todavía hace imposible saber cuántos espectadores reales había detrás. Fueron menos aparatos que los enchufados el año pasado, pero su golpe de efecto fue rotundo. Gracias a la presencia de Ramón García y Anne Igartiburu, muchos jóvenes pudieron dar el gran salto y dejar de ver Twitch a escondidas para convertirlo en la retransmisión oficial del hogar. La emisión supuso una comunión entre la tele de los mayores y los vídeos de las nuevas generaciones. El Ibai que seduce cada día a miles de jóvenes con su estilo informal lucía pajarita por una noche al lado de un hombre con capa y una mujer con lentejuelas rojas. Al 2023 se le encargaron cosas serias, como el fin de la lacra de la violencia machista y pensar un poco más en las personas que están solas. Si hace un año nos hubieran dicho que veríamos a la impecable presentadora de TVE disparando uvas a su compañero en lugar de comérselas no nos los habríamos creído.
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