El PSOE de Gijón tiene que dejar de ser un partido político al uso... tiene que volver a ser ilusión y esperanza.
Nuestro objetivo es devolver la voz al pueblo en los asuntos de ciudad y la condición de ciudadano más allá del voto cada cuatro años. Queremos que la ciudadanía participe, que, si se tiene que quejar que se queje, y si hay errores que se digan. Queremos recuperar a la ciudadanía después de todos los ataques que ha recibido y de su descontento. Y gracias al paso al frente que ha dado «Floro» ya somos una realidad.
Todo el proceso en el que nos hemos visto envueltos pidiendo primarias, nos ha hecho darnos cuenta de que cuando la gente ve las cosas de una manera se moviliza y las cambia. Y en Gijón queremos hacer lo mismo. Este es nuestro proyecto, donde tiene cabida todo aquel que quiera que se cumpla, sin mentiras, que tenga ilusión porque la política sea honesta y clara y da igual de dónde venga, sin etiquetas, con más o menos experiencia. El que venga, bienvenido será; el que no, él sabrá por qué lo hace... Eso sí, se tiene que venir a sumar, no a mandar, no a controlar.
Es la hora del cambio. No podemos aguantar más. Llevamos tiempo quejándonos. Ha llegado la hora de cambiar todo eso, y no lo vamos a cambiar con guerras ni descalificaciones internas, lo vamos a cambiar con un proyecto esperanzador. La militancia decidirá si gana el miedo o la ilusión, y elegirá a personas convencidas de un proyecto para construir, de votar a quien más nos convenza, pero de optar también por quien sea capaz de aceptar e integrar la diversidad de una ciudad como la nuestra. Yo lo tengo claro, porque quiero volver a votar ilusionada, porque no le temo al desafío, porque tengo ganas de cambio acumuladas por tanto tiempo en que muchas personas nos hemos sentido silenciadas.
Seamos conscientes de que tenemos en nuestras manos algo único, la ilusión. Y que es la herramienta del cambio, que será capaz de devolver el interés por la política a sectores sociales que se sentían marginados por ella desde hace demasiado tiempo.
Ilusión y esperanza es lo único que puede hacer a Gijón volverse a levantar.
Comentarios