Deberíamos como sociedad tener muy claro qué pasa con los hombres que asesinan a las mujeres con las que viven, a las que conocen, de las que se enamoran. No tenemos el valor suficiente como sociedad, para afrontar sinceramente esa pregunta. La sociedad no se atreve a encarar la realidad que rodea a estos asesinatos machistas. Algunas personas del ámbito político no quieren decir claramente qué es lo que pasa. Salen, eso está bien no lo voy a negar, a hacer el minuto de silencio, poner el lazo morado por la víctima del momento. Pero luego se olvidan. Se olvidan que son unos hechos consentidos por el sistema en el que vivimos. ¡El patriarcado! (sé que parece que siempre es lo mismo, pero es lo que hay). Algunos partidos políticos que se autodenominan democráticos niegan estos hechos, ¿cómo democráticos?
Para solucionar esto queremos cambiar la educación, pero no nos dejan. Queremos cambiar los significados que hasta ahora nos habían enseñado y.…no nos dejan. Queremos cambiar los trabajos, no, los empleos feminizados, darles el valor que tienen y... no nos dejan. Queremos cambiar el lenguaje y los grandes eruditos se llevan las manos a la cabeza ¡están locas estas mujeres!
Las mujeres y los hombres somos iguales, somos seres humanos iguales, parece obvio ¿verdad? pues no lo es. Sigue sin serlo. Se han conseguido muchos avances gracias a las mujeres feministas: el voto, la educación, los salarios, la Ley Orgánica de Igualdad 3/2007, el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos...Desde aquí les doy las gracias a todas ellas que han sido muchas. Gracias a sus empeños, a que se las tachara de locas, de brujas, de radicales nosotras hoy tenemos nuestros derechos garantizados. ¿o no? Pues parece que no. No podemos dormirnos en los laureles, ya nos lo decía Simone de Beauvoir «No olvidéis nunca que bastará con una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres se cuestionen. Estos derechos nunca son adquiridos. Deberéis permanecer alerta durante toda vuestra vida» o acabar con el patriarcado, me atrevería a decir. Esto sería lo mejor que nos podría pasar a los hombres y a las mujeres, acabar con el sistema patriarcal.
Pero la realidad nos vuelve a abofetear, el machismo amparado por el patriarcado vuelve a actuar ¡otra vez!, ¡otra vez mas! un hombre ha asesinado a la que fue su pareja, este hombre tenía una orden de alejamiento inactiva desde el 1 de abril...el 1 de mayo la asesinó. Deja tres menores de 5, 4 y 2 años... ¿HASTA CUÁNDO? Y luego seguimos pensando que no hay violencia institucional contra las mujeres. ¿Cómo lo quieren llamar?: ¿errores continuados de la judicatura? No lo sé, pero algo falla. Sabemos que los policías acatan órdenes y tienen que cumplirlas. Respeto muchísimo la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que velan por la seguridad de la ciudadanía. Quizás el fallo está en esas órdenes de vigilancia, ¿por qué caducan? ¿en qué se basan los jueces? ¿en la buena cara y la verborrea del maltratador de que no lo va a hacer más? Igual esas órdenes deberían ser permanentes. Yo no lo sé, lo que si se es que esos «fallos» causan muertes. Supongo que habrá muchas causas. O ¿es que el hombre maltratador es muy listo y espera a que el juez le quite la orden de alejamiento para matarla? Porque lo que él quiere es matarla, eso está más claro que el agua cristalina, por si les cabía alguna duda.
Si alguien te maltrata cabe la posibilidad de que te mate. Cuando alguien te clava un cuchillo o te da un puñetazo desde luego tener una conversación amigable contigo no quiere, quiere matarte, no nos engañemos.
Y ahora ¿vamos a consentir que algunos políticos quieran cambiar la denominación de «Violencia de género o violencia machista» por «violencia intrafamiliar»? ¿cuándo se van a dar cuenta de que no es lo mismo? Yo me temo que ya lo saben y lo que quieren es confundir a la ciudadanía con sus panfletos incendiarios. Con sus arrogancias de machos, pero cuidado no se puede poner el foco solo en una minoría. En estos momentos hay un gobierno de coalición en la izquierda, tenemos que pedirles que actúen sin miedo.
El machismo es una lacra, es la cara violenta del patriarcado en el que vivimos. Es la escena consentida por el sistema. No puedo negar que se ha avanzado, que se ha sacado del ámbito privado esa violencia machista al que partidos fascistas que están en las instituciones quieren volver a meterla.
Desde los griegos las mujeres han sido conceptualizadas junto con la naturaleza como algo para ser usado por el hombre, para ser manipuladas, para sacarles beneficio. ¿Nos damos cuenta de cómo está la naturaleza? Pues las mujeres igual. Pero tenemos que saber que esto no es dogma; es algo cultural, algo impuesto, que podemos y debemos cambiar.
Cuando en la canción de Rigoberta Bandini «Ay mamá» ella se pregunta y nos pregunta: ¿por qué dan tanto miedo nuestras tetas? pienso que está clara la respuesta. Aunque la visión que da el patriarcado de esa respuesta está equivocada, nos hacen creer que nuestros cuerpos son malignos, que llevan al hombre a la perdición, a no poder contenerse... ¡por favor que gran mentira! Hombres no os dejéis engañar.