Falsa bandera

OPINIÓN

Una mujer porta una foto de Putin durante una manifestación para pedir la paz en Ucrania celebrada en Lisboa
Una mujer porta una foto de Putin durante una manifestación para pedir la paz en Ucrania celebrada en Lisboa RODRIGO ANTUNES

07 abr 2022 . Actualizado a las 12:40 h.

Es seguro que ya sucedía antes, pero solo tengo consciencia de ello, o solo caí en todo esto el 11 de septiembre de 2001. De la noche a la mañana salieron especialistas en nada y de la nada a poner en duda la autoría y hasta la existencia de los ataques a las Torres Gemelas. Solo necesitaban conexión a internet y muchas ganas de sentirse especial y antisistema. Y Doritos, muchos Doritos.

Tal vez sin caer en ello, pues no me gusta pensar tan mal, muchos de estos expertos en mirar videos borrosos estaban reproduciendo el patrón que seguían los neonazis y negacionistas del Holocausto en general: basarse en suposiciones en diferente grado de fantasía para hacer encajar a martillazos las piezas del puzle que ya tenían montado desde el principio. Estos investigadores de retrete no pretendían saber la verdad, pues para eso no se puede partir de las conclusiones como un hecho probado. La búsqueda de la verdad es otra cosa.

Desde entonces he visto en numerosas ocasiones la actuación estelar del CSI Matutano en cualquier suceso luctuoso, preferentemente en atentados terroristas. Lo vimos en la salvaje matanza de Charlie Hebdo con aquel famoso actor asegurando, a juzgar por las imágenes, que todo era un montaje pues los cuerpos no respondían a los disparos como en las películas de Jackie Chan. Y vemos como nuestra ultraderecha lleva años intentando demostrar que el principal partido de la oposición estaba en el ajo del 11M y que ETA fue quien atentó realmente en los trenes, pues si algo tienen las teorías de la conspiración es que uno puede sostener varias al mismo tiempo, aunque se contradigan entre sí. Se trata de confundir al personal, no de conocer lo ocurrido.

Y así hemos llegado a la agresión rusa a Ucrania. Y el CSI Matutano está invirtiendo horas extra en redes sociales, después de que el gobierno ruso y su embajada en España den las pautas, en tachar de montaje la reciente matanza genocida de Bucha perpetrada por el ejército ruso. Los hay que caen en el argumento ad ignorantiam, es decir, que basan sus conclusiones en base a su falta de conocimiento, y los hay que invierten la carga de la prueba diciendo que es el pueblo ucraniano quien debe demostrar que lo ocurrido no es un montaje, cuando todas las imágenes, testimonios de supervivientes, periodistas y hasta imágenes satelitales dejan bien a las claras lo ocurrido, mientras el investigador de YouTube o Twitter no presenta ninguna prueba que le respalde más allá de dudar de la postura «poco natural» de un cadáver, pues como todo el mundo sabe, cuando alguien es asesinado su cuerpo se derrumba en posturas naturales, sea lo que sea eso. Otros aseguran jocosamente que han visto a uno de los cadáveres fumando un cigarro y a otro moviendo una mano, aunque fuera solo un efecto óptico. Detrás de todo este montón de basura solo hay maldad y las ganas de situarse en el lugar correcto que provoquen el aplauso de los tuyos dentro de la cámara de eco en la que vives, cada día más diminuta y delirante.

No niego la existencia de operaciones de falsa bandera en la historia, hay sobrados ejemplos de su existencia. Pero situarse por defecto siempre en el mismo lado no te convierte en un fino analista de la geopolítica. Solo te convierte en un bufón de la corte, en este caso la de Vladimir Putin. Ya somos mayorcitos para andar así, digo yo.