Como hago siempre en mis últimos artículos al finalizar un año, mando un feliz 2022 a las y los lectores y a la plantilla de LA VOZ DE ASTURIAS, con el deseo de que todos vuestros deseos se hagan realidad.
Termina hoy un 2021 que ha tenido a la vacuna como la gran noticia positiva. En este momento en España nos la hemos inoculado en dos ocasiones casi 38 millones de personas (el 80% de la población). Va a buen ritmo la tercera dosis (ya la tienen más de 13 millones, cerca del 30%) y parece que se ha animado a las personas más reacias para que puedan disponer del pasaporte covid. Sabíamos que el coronavirus mutaba y que no íbamos a tener una vida lo más parecida a antes de marzo de 2020 a corto plazo, pero es evidente que ómicron ha complicado últimamente la situación al disparar la incidencia obligando a las autoridades sanitarias a volver a tomar medidas restrictivas y a mucha gente a confinarse en su domicilio. No obstante, y volviendo a hablar de vacunas, hay una diferencia notable con 2020, y no hace falta más que ver que hay menos presión hospitalaria y decesos, y ese mérito se lo debemos a la ciencia y a la investigación. La otra cara de la moneda, sin duda alguna, es la salud mental, cuyas consecuencias nefastas avanzan a marchas forzadas y urge ayudar a todas esas personas que lo están pasando fatal cuando antes, porque la inestabilidad laboral, social y económica le está perjudicando mucho a una barbaridad de personas, con unos índices preocupantes entre la juventud.
En el ambiente político, ya estamos en precampaña en Castilla y León, que servirá para ver si el PP repite el éxito de Ayuso al adelantar las elecciones. Para ello, Mañueco ya está apuntando maneras con su «o sanchismo o futuro» con el objetivo de mantener el gobierno de la autonomía, recuperar la primera posición en votos y procuradores (como llaman en el parlamento regional a los diputados) y borrar del mapa a Ciudadanos. Tarde o temprano habrá elecciones también en Andalucía, y posteriormente nos situaremos de nuevo en año electoral, tanto por las locales y autonómicas como también por las estatales, una vez que tras quedar aprobados los presupuestos de 2022 todo indica que el gobierno de coalición del PSOE y Unidas podrá agotar la legislatura. Comparto el análisis que hizo anteayer Pedro Sánchez en cuanto al grado de cumplimientos de su gobierno y al mérito de haberlo logrado sin mayoría absoluta y con una derecha exaltada: ley de eutanasia, ley del cambio climático, reforma de las pensiones, subida del salario mínimo interprofesional, ley de libertad sexual, nueva legislación laboral, éxito de la campaña de vacunación, primer país en recibir los fondos europeos, récord de generación de nuevos puestos de trabajo y, como dije antes, aprobación de los presupuestos para 2022 (incluyendo una ayuda de 1,6 millones de euros para la «promoción y difusión de las lenguas protegidas por la Carta Europa de las lenguas Regionales o Minoritarias en Galicia, Asturias/Asturies, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana Valencia e Islas Baleares» gracias al apoyo, curiosamente, del PP). Ojalá este apoyo sea el preludio para que en 2022 la llingua asturiana se convierta, por fin, en oficial, y poner así fin a una discriminación lingüística que ha cumplido cuarenta años.
Soy una persona positiva, porque creo que parte del éxito que uno pueda tener en la vida es precisamente creerse y valorarse para afrontar los retos que se propone, pero no puede ser menos cierto que lo que tengo a mi alrededor es duro, y me lleva a entender que si ya antes de la pandemia las cosas no eran fáciles para nadie, ahora lo son aún menos. Luchemos por un futuro mejor, ayudémonos unos a otros e intentemos resistir para que algún día podamos decir que hemos vencido, que hemos ganado, y que el mérito de haberlo logrado es colectivo. Ánimo y al tajo. Suerte y a por todas este 2022.
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