Boris en el mundo de Peppa Pig

 Jorge Quindimil
Jorge Quindimil AL HILO

OPINIÓN

María Pedreda

24 nov 2021 . Actualizado a las 08:50 h.

Boris Johnson, el primer ministro británico más votado desde los tiempos de Margaret Thatcher, ha vuelto a ser noticia por una escena al más puro estilo de humor inglés. Se dirigía a miembros de la Confederación de la Industria Británica, la organización empresarial más influyente del Reino Unido, cuando perdió el hilo de su discurso cuando hablaba de los factores de crecimiento de la economía. Para salir del paso, lo primero que le vino a la cabeza fue Peppa Pig, sí, esa cerdita rosa con forma de secador de pelo y estilo picassiano, en palabras del propio Johnson.

Pocos españoles conocieron el Reino Unido y a los británicos, especialmente a los ingleses, como Salvador de Madariaga, y ninguno estudió su psicología y su carácter como él. Para nuestro gallego ilustre, «el inglés no parece pensar con el cerebro. Sus ideas no son en puridad ideas, sino opiniones, sentimientos, sensaciones […]. Y esas opiniones no parecen emanar de su cerebro, sino del pescuezo, del pecho, del abdomen, de los codos, de las rodillas». Es fácil caer en la tentación de pensar que un fenómeno político como Boris Johnson, protagonista de un sinfín de situaciones como la señalada, supone la refutación del análisis de Madariaga. ¿O su confirmación?

Esta anécdota bien pudiera ser una metáfora surrealista de la sombra del futuro incierto que se cierne sobre el Reino Unido tras el brexit. Muchos nacionalistas nostálgicos del viejo imperio británico, y muchos otros engañados por un discurso plagado de falsedades, pusieron sus esperanzas en manos del brexit, y el brexit en manos de Boris Johnson. De momento, esas esperanzas se han convertido en caos, llevando a la quinta potencia del mundo a una situación dramática de crisis económica y sanitaria: cifras galopantes de inflación, de desabastecimiento, de éxodo de extranjeros, de contagios y víctimas de covid, etcétera.

Mientras el primer ministro se identifica con el mundo de Peppa Pig, las cámaras de comercio del Reino Unido se muestran preocupadas por la pérdida de cuota de mercado de su país y de competitividad, y la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria británica pronostica que el brexit va a impactar a medio y largo plazo en el territorio el doble que la pandemia (un 4 % del brexit frente a un 2 % del covid). El escenario se complica aún más por la crisis energética y los problemas estructurales en el mercado laboral, que podrían augurar la entrada en recesión.

Si hubiese de nuevo elecciones, lo más probable es que Boris Johnson volviese a ser el ganador, a pesar de encontrarse en horas bajas de popularidad. Nostálgicos imperialistas y nacionalistas siguen orgullosos de una de las peores decisiones de la política contemporánea, el brexit. Curiosamente, lo último que escribió Scott en su diario, antes de morir sobre la Antártida, es que moriría como un inglés. Probablemente Madariaga vería un reflejo de este patriotismo de Scott en los británicos que se sienten ufanos por el desastre que supone el brexit, y que simbolizan Boris Johnson y Peppa Pig.