La hija pregunta si lo del Gran Apagón es cierto y te sorprendes frenando el impulso racional que te debería activar tu no en mayúsculas. Han pasado unas cuantas cosas en los últimos años que han difuminado las certezas, así que ante la pregunta directa de quien todavía busca en ti algunas respuestas detectas una prudencia incómoda labrada con la última tanda de titulares apocalípticos, las colas en las gasolineras de Sheffield, las últimas botellas de Seagram's antes del desabastecimiento y los cuarenta días de reservas de gas que le quedan a España.
La hija pregunta si lo del Gran Apagón es cierto y aún recuerdas tu condescendencia cuando trataste de convencerla de que lo del virus era posverdad y manipulación conspiranoica y apenas quince días después un policía calculaba la distancia entre tu portal y el contenedor de basura más próximo y te espetaba: pasa pa casa.
La hija pregunta si lo del Gran Apagón es cierto y también recuerdas que el Reino Unido ya no está en la UE porque ganó el brexit, y que durante cuatro años Donald Trump fue el presidente de Estados Unidos, y que un día entró en el Capitolio un señor con cuernos y pelexo de bisonte, yabadabadú.
La hija pregunta si lo del Gran Apagón es cierto y recuerdas que en el anuncio más visto del año aparece Lola Flores pero no es Lola Flores; que el Planeta lo ganó una señora que son tres señores, y que el 29 de octubre del 2016 los seguidores de Pedro Sánchez cabían en un Peugeot. La hija pregunta y te percatas de que la vida cambia de dirección en un instante, que el dolor y el amor a veces llegan juntos y sin que los esperes ni te los merezcas, y que las grandes preguntas no tienen una sola respuesta. La hija pregunta si lo del Gran Apagón es cierto y de momento le vas diciendo apaga o candil, Marica chus chus.