Quienes tuvimos la suerte de conocer y vivir un ratito de su apasionante paso por este mundo, sentimos hoy una mezcla extraña. Por un lado una tristeza enorme por no tener ya entre nosotras a un imprescindible, a un dirigente que estaba allí donde estuviera la lucha contra la injusticia y la defensa de la clase trabajadora. Por otro, la satisfacción por lograr por fin despedir a nuestro compañero como se merece, con un sentido homenaje en el barrio que le vio luchar día a día desde que llegó a Xixón. Constantino Hevia Coto, más conocido por todas como Tanti, era un todoterreno de los que ya pocos quedan.
Sindicalista, dirigente vecinal, militante durante toda su vida. No una persona acrítica, que se deja llevar por la marea. Tanti tenía siempre una militancia consciente, defendía con vehemencia sus ideas, pero también sabía de la importancia que tiene la cohesión y la honestidad. Conceptos extraños para estos tiempos líquidos de la política y la lucha social, aunque Tanti siempre nos enseñaba aquello de «firmes en los principios, pero flexibles en las formas».
Nosotras, que conocimos a Tanti siendo jóvenes comunistas, algunas militando aún en la Unión de Juventudes Comunistas de España, a la que el propio Tanti había pertenecido y de la que se enorgullecía, no podemos habernos sentido más afortunadas de lo que aprendimos con su ejemplo. Y hablamos en un amplio plural, porque como nosotras, muchas otras camaradas jóvenes tuvimos en Tanti a un profesor de la lucha, plebeyo, de barrio, socarrón y siempre con esa media sonrisa dibujada en la cara.
Y es que Tanti, en ese refugio activista, cuartel de invierno y de verano para muchos compañeros de fatigas que es el Café Malva, te formaba a través de sus vivencias e historias. Qué de buenos recuerdos hablando de la «izquierda sexy», cantando canciones revolucionarias, escuchándole hablar de huelgas, movilizaciones y de tus múltiples estancias en la cárcel de Carabanchel. Formando parte de esa «Joven Guardia, que va forjando el porvenir».
Una persona que dedicó la mayor parte de su vida a mejorar el mundo. Sin histrionismos ni egos, desde la honestidad y el compromiso, personas como él son las que más dignifican la política y de las que menos se habla. Siempre con su defensa de las Comisiones Obreras y su militancia primero en el Partido Comunista de España y luego en Izquierda Unida. Con la lealtad a la organización por bandera, pero siempre abierto de mente. Fue un firme defensor de la confluencia y probablemente hoy lo sería de lograr que en 2023 la gente de Xixón podamos votar una papeleta donde toda la izquierda transformadora (IU, Podemos, Equo) concurriera unida.
El mejor homenaje que hoy le podemos brindar, es mantener vivo su recuerdo y no olvidarnos jamás de estar, como dice la canción: SIEMPRE EN GUARDIA, JOVEN GUARDIA.
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