El Gobierno ya tiene sobre la mesa su proyecto de Presupuestos. Ahora tocará convencer a la mayoría del Congreso para que las cuentas de 2022 salgan adelante, a ser posible antes de que se inicie el nuevo año. Tal y como apuntó Pedro Sánchez, el objetivo pasa por consolidar la recuperación económica y que sea lo más justa posible, cuestión elemental a conseguir. Las cuentas superan cifras nunca vistas antes, como por ejemplo el destino de 240.375 millones de euros a gasto social, más de 40.000 millones a inversiones y transferencias de capital y la puesta en marcha de la mayor oferta de empleo público de la historia. Se busca beneficiar y apoyar a la juventud, a los pensionistas, a los funcionarios, a los trabajadores, a la clase media y a las pymes y a los autónomos para que nadie se quede atrás.
De lo más comentado esta semana está el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos para poner en marcha una ley de vivienda que regule los precios del alquiler, que lamentablemente están desbordados. En las llamadas «zonas tensionadas» se aplicará un recargo del IBI del 150% a las viviendas vacías y se concederá un bono de 250 euros mensuales a los jóvenes con la pretensión de que puedan independizarse. Se antojan dificultades, porque son las comunidades y los ayuntamientos quienes lo aplicarán realmente, y por parte del PP ya se ha anunciado un boicot.
Con la segunda cuestión, hay dudas considerables de su eficacia, porque los propietarios podrían acabar subiendo los precios y por tanto los inquilinos no verían ninguna diferencia aun teniendo esta prestación. Es por tanto muy importante que se aclaren bien sus fines para que quienes alquilan un piso o una habitación se vean beneficiados.
No hace falta decir que el acceso a la vivienda es un problema muy grave y que no puede seguir costándole a una persona una renta mensual más de la mitad de su sueldo vivir. La alternativa no puede ser comprar, porque endeudarse casi de por vida a una entidad financiera sin tener un empleo estable es un error (que ya vimos en la anterior crisis que arruinó a miles de familias), por lo que un alquiler asequible para todo el mundo es elemental conseguirlo.
Otro tema del que se ha hablado mucho también tiene que ver con el bono cultural para quienes lleguen a la mayoría de edad. Podrán gastar esos 400 euros en libros, música, teatro o cine (afortunadamente el Ministro de Cultura ha descartado que pueda también comprar entradas a los toros). Esta iniciativa ya se realiza en otros países europeos y ha funcionado bien, con lo cual espero que en España no sea una excepción, y más si es efectivo para apoyar a todo el sector y para fomentar el consumo de cultura con el objetivo de que se abra a los públicos más jóvenes.
Es evidente que lo ideal siempre será que nadie tenga que necesitar de las ayudas, que pueda ser autosuficiente y llegar dignamente a fin de mes, pero la realidad de nuestro país es la que es y sin el apoyo público resulta prácticamente imposible cambiar el modelo productivo y las injusticias que nos rodean, así que espero que la esencia de los presupuestos y de las medidas sociales acordadas en el seno del Gobierno de Pedro Sánchez consigan que mejore nuestra situación social, laboral y económica.